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«Hay que saber valorar a alguien, no hay que…

La persona y el ser, una aproximación a la esencia; el primer concepto tiene que ver con las cualidades que mostramos y el segundo con la materia que nos compone, ese yo no sé qué que cada cual traemos al mundo. Harchi_vlogs o de cómo Isam Harchi construyó un personaje que lo llevó de la supervivencia laboral al olimpo de las redes sociales.

Todo empezó hacia el año 2018, Isam pasaba la campaña de la aceituna en Córdoba y se le ocurrió grabarse, una suerte de diario a la cámara. Pronto las visitas crecieron y el personaje comenzó a forjarse, nació @harchi_vlog el agricultor loco que viaja por el mundo y muestra a la comunidad árabe cómo vive un marajá de los bancales.

Nacido en Marrakech en 1998 pero criado en España. Al principio no dominaba el árabe bien, la gente veía los vídeos y se reía de su acento, estudió la lengua de sus ancestros, ahorró y volvió por temporadas a Marruecos.  

Retrato de Isam Harchi. Foto por Melanie Lupiáñez

¿Te consideras más marroquí o español?

Me considero marroquí 100% en cualquier lugar, mi sangre es marroquí pero tengo todo de España.

Forma parte de ese grupo de chicos que hace unos años se juntaba en las calles de Almería soñando un futuro mejor. Una generación que a través de las redes ha encontrado un porvenir. Gente trabajadora y humilde, que te ponen una mesa llena de comida y te invitan a sentirte en casa. “Hermano, yo voy a ser famoso antes que tú y así fue. Estoy muy feliz por Rafa, donde ha llegado, que hace colaboraciones con los mejores Omar Montes, Maka, etc”, el muchacho habla del artista almeriense RVFV con sinceridad y un carisma que conquista la cámara.  

“Mis amigos de siempre no tienen comparación con nada, son poderosos porque han estado conmigo estando podrido. Quien viene después de la fama no sabes las intenciones, si tengo que confiar y hacer una amistad buena prefiero que el otro sea influencer, que tenga su nombre por ahí”. Su amigo de la infancia Hicham Said hace las veces de manager, es su mano derecha, aunque a veces parezca despistado.

Hicham Said, amigo de la infancia de Isam

“Como Hicham no hay otro, él me pagaba el bus para ir a Almería, me mantenía a mí. Yo estudiaba un módulo de electricidad e Hicham trabajaba, con el dinero que ganaba él, 950€ o 1000€ al mes, nos lo gastábamos entre los dos, si él se compraba un pantalón me compraba a mi otro”. Su amigo sale al encuentro dice: “lo que quiero para mí lo quiero para él también, nos ayudamos si nos falta algo. Al final, me demostró que valió la pena”.

Los jóvenes recuerdan sus inicios y cómo las redes sociales le han cambiado la vida. En la puerta de su finca, una vieja furgoneta llena de cajas para los calabacines; antes era la herramienta de trabajo del cabeza de familia, se dedicaba a la venta ambulante, tenía que sacar 8 hijos adelante. Isam es el segundo, dos de sus hermanos mayores cursan estudios superiores en Francia, los pequeños siguen en casa pero no tienen muy en cuenta al influencer. Sin embargo, la “fama” le ha permitido mejorar las condiciones de vida de su familia, ahora cultivan dos hectáreas en La Cañada de San Urbano.

Isam se monta en la furgoneta, agarra el volante y por un momento pierde la mirada, sumergido en sus pensamientos. “Esta furgoneta la vamos a camperizar y vamos a recorrer España con ella, va a estar guapísimo”. Una de sus zapatillas Jordan toca el suelo y la otra dentro del vehículo con los pies en la tierra, pero en camino.  

Isam en la furgoneta que su padre usaba para la venta ambulante. Foto por Melanie Lupiáñez

Es el único agricultor conocido, no hay más personajes así. “Con 22 años ser agricultor… Cuando empecé era difícil me tiré a por algo que no tenía ni idea, no sabía ni regar, empecé a estudiar módulos de cómo echar los productos de todo. El dueño de la tierra estaba sorprendido, me veía tan joven y dudaba de si sería capaz de sacarlo adelante. Hemos sacado cherrys que es lo más difícil de cultivar”.

Isam pasea por el invernadero, explica cómo se hormona la flor del calabacín, cómo el color de la hoja denota que la planta está saludable y presume con orgullo de sus cualidades cultivando la tierra. Su padre se cruza con nosotros y dice: “llevaos tomates”, el hombre lleva un cubo en la mano, gorra y la ropa de faena, se despide con una sonrisa y continúa su trabajo.

“Al principio mi padre decía que perdía el tiempo con los vídeos. A día de hoy está orgulloso y toda la familia. Por eso hay que saber valorar a alguien que quiere hacer algo, no hay que quitarle las ganas. Tienes que saber lo que es lo bueno para ti, no dejarte llevar por los comentarios, incluso de los familiares”.

Detalle de ramo te tomates cherry cultivados por Isam Harchi y su familia. Foto por Melanie Lupiáñez

¿Cuál es tu meta?

Mi meta eran los 100k, tener mi placa de YOUTUBE. La meta ahora es seguir hasta donde Dios quiera.

Siempre he sido el típico gracioso, esa es la parte que llega. Ahora llegan más las historias, a la gente le gusta ver lo que haces el día a día. Tienes que ser creador de contenido con lo que tienes alrededor. Durante el coronavirus, monté una serie que tuvo un éxito grande, 700.000 visualizaciones y así.

Agarra el móvil y visita su canal de YouTube para ratificar todas las visitas que ha tenido su serie. Lleva un iPhone de última generación, era uno de los ejemplos que nos ponía cuando hablaba de ganarse la vida. «Mi padre me dejaba que me gastara mi dinero, que me valiera por mí mismo, no van a ir tus amigos con un iPhone y tú con un Nokia de hace mil años».

Muestra la placa de YOUTUBE plateada, el premio por los 100.000 seguidores y comenta incrédulo y agradecido: “es que mi meta era esto”.

Isam Harchi muestra su placa de Youtube. Foto cedida por la familia

¿Cómo consigues un Ferrari?

«Hace un año fue cuando pegué el pelotazo fuerte, me llegaban invitaciones de Bélgica, Dubai, Estados Unidos, ofertas de publicidad…” Enumera una tras otra y le faltan dedos en la mano.  

«Es sencillo, cuando llegas a Dubai con los seguidores, lo gestionas todo antes de llegar, te dejan el coche que quieras, el hotel, todo».

¿Cuál es tu público?

Tanto en España como en Marruecos y en cualquier parte del mundo donde haya una comunidad árabe del país que sea. La ventaja de esto es que vaya donde vaya, tengo gente que me acoge.

Estuve en el desierto del Sáhara que no hay ni cobertura bien y la gente venía a tomarse fotos conmigo.

Vivir como un nómada unos días fue una experiencia trascendental para el joven que cuenta con entusiasmo cómo era el silencio de la noche, cómo era la nada.

¿No te cansas de hacer siempre el mismo personaje?

No, porque el contenido es siempre diferente, nunca digo lo mismo. Hoy estoy en Estados Unidos, mañana en Suecia, el polo norte; hay tantas cosas, no te tienes que encerrar.

Por ejemplo, traer a una española, vestirla con la chilaba y ponerla a trabajar en el invernadero. Los árabes se parten de risa.

¿Ayudas a personas desfavorecidas?

Nosotros también hemos sido pobres, no todo el mundo viene desde arriba. Desde pequeño vas subiendo, claro que ayudo con comida, dinero, pero eso no lo comparto en mis redes sociales, sería alardear, esto es privado. Lo hago para mí, no para enseñar a los demás que ayudo. Si tienes un corazón blanco vas a ayudar, no necesitas ver a alguien de ejemplo para seguirlo.

¿Y la mentalidad tan negociante?

Nosotros somos de venta ambulante, somos muy negociadores. Antes de ser famoso en los veranos vendía por la playa toallas, chanclas… Cada verano desde pequeño lo pasaba en Cartagena, Águilas, por Murcia.

Mi vida ha sido muy liana, solo tengo 22 años pero he trabajado de comercial en Madrid, de camarero en Mallorca, en Barcelona también. No me gusta encerrarme, si no hay trabajo cojo el poco dinero que tenga ahorrado y me busco la vida.

Cuando estuve en Córdoba me busqué donde dormir, quien me llevaba y quien me traía al trabajo. Estuvimos viviendo de ‘okupas’ con otros chavales que le dijimos veniros que tenemos casa. Era una mansión que tenía como 24 habitaciones, una locura. No había luz ni nada pero como somos buenas personas, encontramos butanos y vasos donde cocinar. Para calentar el agua tela, la casa estaba cerca de un río, cogíamos el agua pero la puerta del baño tenía un agujero y un frío que hacía de cojones. Por más que intentábamos tapar el agujero, nada.

Los dos amigos se parten de risa con la autoridad que da haberlas pasado canutas.

“Fuimos a buscar dinero para mejorar la vida en otra parte, después fuimos a Barcelona, también he trabajado 6 meses en Francia, he dado muchos palos.”

“Mi padre siempre me ha dicho que mientras tengas fuerza y puedas trabajar, que no robes, ni vendas droga. La persona que vende droga aunque ande en un Ferrari, no lo respeto igual. Consíguelo con inteligencia o sudor”.

Hay una diferencia de cómo te tratan cuando no eres nadie a cuando eres conocido, aunque seas la misma persona, seas marroquí…

Claro que hay una diferencia y yo lo veo normal. Cuando alguien te gusta mucho, te hace reír, pues quieres conocerlo.

“Fui al Sáhara, ni siquiera hay buena cobertura, en medio de la nada y la gente venía a hacerse fotos conmigo”. Pasar unos días en el desierto viviendo como un nómada, fue una experiencia trascendente para el joven cuenta con entusiasmo como era el silencio durante la noche. “No se escuchaba nada, nada ni un pajarillo.”

Isam Harchi dentro del invernadero que alimenta a su familia en La Cañada. Foto por Melanie Lupiáñez

Has empezado como agricultor ‘loco’. ¿Terminarás como agricultor ‘loco’?

Claro, pero te estoy diciendo de ir a EEUU que eso tiene un pastizal de gastos. Al público siempre le tienes que mostrar la misma cara con la que te han querido, si has empezado con sucio, tienes que acabar sucio. Porque te han querido, seguido y levantado con esa imagen.

¿Si te encontraras contigo de pequeño, qué te dirías?

Pues no sé ni qué decirte, quizás haber empezado más pequeño, no hacerlo con 18 años. Un amigo mío cantante tiene 16 años y una de sus canciones tiene 710M de visualizaciones, es la canción más importante del mundo árabe. Es un éxito. Cuando eres pequeño es más fácil llegar a la gente, eres más amado. Además, eres más confiado, te dejas llevar, te gestionan mejor.

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Europa

«Según te valores así vas a ser valorado» dijo…

Como hay laberintos intrincados, hay buscadores obcecados, surfistas empedernidos y fumadores pasivos y, así, cada cual cabalga su ola. El siguiente personaje es un artesano del siglo XXI que con tinta y aguja imprime en la piel, un refinamiento de la técnica usada por los egipcios hace 5000 años. 

Marius Deac es de Rumanía, de la zona de Transilvania y bromea: “el conde Drácula es mi padrino”. En su ciudad natal, Bistrița-Năsăud, tomó contacto con los pinceles a temprana edad. A partir de los 14 años, comenzó estudios de carpintería y escultura. Aunque no eran su vocación, sirvió como puente para introducirse en el mundo de la restauración de frescos en iglesias. A los 19 años, el muchacho desencantado del trabajo cambió de puerto y arribó en el punto más occidental de la costa mediterránea.  

“El dibujo te hace fijarte en el detalle, te das cuenta de que nadie dice quién es, ni tú mismo lo dices”, Marius hace un pico con la mano y se la lleva al pecho en el “tú”, toca, suelta y abre. Un gesto honesto poner en concordancia la comunicación verbal y el lenguaje corporal. No ocurre lo mismo cuando la pregunta se torna personal, aquí el tatuador es huidizo y tímido. ¿Qué quiere decir el tatuaje de tus manos?

En los nudillos puede leerse self made, dos sellos grandes: uno en anular y otro en el corazón; nada queda al azar, solo la respuesta: “tiene una historia muy larga”, se ríe y se remueve con cierta zozobra en la silla. “Cada tatuaje cuenta algo de nosotros o marca un momento en la vida. También es una forma de llevar algo de un amigo, por ejemplo, yo llevo muchos tatuajes de gente que nunca han tatuado porque son un recuerdo suyo.”

Un hermano que vivía en Aguadulce le recomendó que viniera a echar plástico a los invernaderos, trabajó durante 3 años en situación irregular hasta que en 2007 Rumanía entró en la Unión Europea. «Al no tener permiso de residencia no podía trabajar de ninguna otra cosa, ni camarero, ni nada», comenta con el incesante sonido de la aguja de fondo.

Pero… ¿Cómo cayó una aguja en sus manos?

Se ríe y cuenta el episodio casi como un accidente, un amigo me dijo Marius tú que dibujas bien porque no me haces un tatuaje, seguro que se te da. Entonces fuimos y compramos la máquina y todo el material. No salió tan mal y a los 6 meses estaba trabajando en un estudio de Roquetas, en el 2008. A los pocos meses estaba tatuando en un estudio de Almería y hace 6 años abrí mi primer estudio. Si no hubiera encontrado el tatuaje viviría debajo de una palmera, pescando para comer al día y ya está”.

Marius Deac trabaja entre 5 y 8 horas al día. Entre Rumanía y España

Tienes 36 años, ¿fue complicado montar tu propio negocio?

Al principio era complicado hasta alquilar un piso. Me veían joven, tatuado y por la fama de los rumanos digamos, me pedían muchos más papeles. Para que alguien se fíe de ti tienes que demostrarlo… Mira, ahora me fijo mucho en los Estado Unidos, ellos son todos americanos, hasta que nosotros no digamos que somos ciudadanos europeos en lugar de: ‘yo soy rumano o, yo soy español y todos los demás mierda…’ Aquí torna la cabeza a un lado y cierra los ojos, totalmente convencido de estar en desacuerdo.

Porque para cualquier profesional o amante de los tatuajes los valores están por encima de todo. La gente que se tatúa son personas que saben lo que quieren porque se han comprometido para toda la vida”, mira al cliente a quien tatúa las mangas buscando su apoyo y los dos rompen a reír.

El cliente se llama Costello, también es rumano pero de la parte sur, apunta: “los valores son muy importantes. Los hombres tienen que tener dignidad, ir con la verdad por delante. Gente valiente con principios y con orgullo”. Marius simboliza estos principios a través de gladiadores, el circo romano y samuráis en el cuerpo de su cliente.

Para tatuar utilizando toda esa simbología, ¿en qué te fijas?

Pues tienes que conocer la historia y de todo un poco. Sin arcilla no se hace el ladrillo, tienes que tener cierta idea, para hacer algo más original para alguien en concreto, tengo que trabajar a partir de su concepto porque cada uno tenemos nuestro pensamiento. Creo que es muy importante que cada persona se lleve lo que quiera llevarse.

El equipo de optimus Ink de Aguadulce. De izquierda a derecha; @rico_tattoo_, @rendertatto, @marius_deac, @bogdaan1991, @conradmayden

@Optimus_ink tiene más de 20.000 seguidores en Instagram…

Sí, pero no podemos caer bien a todo el mundo. Recuerdo que tuve un accidente de coche y estuve 3 meses convaleciente. Cuando salí a la calle llevaba el pelo y la barba larga, un chaval me vio y no me reconoció, me estaba hablando mal de mí pensando que era otra persona. ¡Ay! Y se ríe.

En la actualidad, Marius reparte su tiempo entre sus dos estudios, medio mes en Aguadulce y otro medio en Cluj-Napoca, su tierra natal. «Voy a levantar los dos países», bromea. El estudio de Rumanía abrió sus puertas el año pasado antes de la pandemia, así ha permanecido cerrado hasta hace unos meses. El empresario negoció con los arrendatarios en ambos países y no tuvo que pagar el alquiler durante el tiempo que permaneció cerrado, la otra opción era dejar el local. 

¿Cómo sobrevivisteis a esos meses durante la cuarentena?

Marius contesta divertido: «Con la ayuda del Gobierno» y torna serio de nuevo. «Solo tuvimos que pagar la cuota de autónomo». En el establecimiento de Aguadulce son 5 los chicos que trabajan con él. Es casi un centro social, por donde pasan amigos, clientes, antiguos aprendices, etc. 

Su especialidad es el realismo en blanco y negro. Su particular visión de las realidades y conceptos que los clientes le plantean le llevan a crear mundos fantásticos donde se superponen animales mitológicos, diosas, símbolos, composiciones cargadas de significado para quien lo lleva y la mano ejecutora, pero auténticos enigmas para los demás. Este artista tiene algo muy claro. No tatúa símbolos nazis, ni relacionados con el III Reich.

¿Los premios que has obtenido son una referencia para los clientes?

Sí, la gente lo aprecia pero creo que por encima de todo está el trabajo, es decir, cuando alguien ve un tatuaje tuyo que está bien hecho. Para que un tatuaje salga bien depende de dos personas, el tatuador y el tatuado porque puedo hacer un buen trabajo, pero si el otro no lo cuida…. También influye tu forma de ser y cómo trates a la gente.

Algunos de los premios ganados por el tatuador en la modalidad realismo en Blanco y Negro

Marius, que viene de Marte, el dios de guerra y significa el varón valiente, suelta una detrás de otra como un buen refranero:Que no seas una opción, que seas una prioridad”. Tabaco, Porsche y un aspecto cuidado más cercano al de criatura nocturna. Dedicación y vocación: “¿Qué puedo hacer mejor que mi trabajo? Sabes que estás haciendo lo que tienes que hacer, de estar donde quieres estar”.

¿Has enseñado a mucha gente?

Sí, mucha gente ha trabajado conmigo y ahora tienen su estudio. Cuando enseñas tienes que pensar de esa manera, ellos se mueren por saber lo que tú sabes y tú te mueres por saber lo que no sabes. Siempre va a haber una diferencia.

Uno de los fallos de los principiantes es tener miedo al pinchar, porque somos buenos por naturaleza y no queremos hacer daño a otro ser humano, pero no puedes dejar que el dolor del cliente te influya, tienes que trabajar sin miedo. 

¿Hay más hombres o mujeres en el tatuaje?

Aquí no depende de si eres hombreo mujer, sino de que seas bueno.

¿Cuáles son tus maestros?

La verdad que es difícil porque he aprendido casi, casi todo solo, viendo videos en YouTube… Cuando empecé era difícil porque nadie quería enseñar, hace 13 o 14 años nadie quería cogerte como aprendiz. Ahora hay seminarios, cursos…

Detalle de un caballero de la manga de Costello

Cuándo vas a las convenciones, ¿Cuánto tiempo tienes para preparar una obra?

Todo un día desde la mañana a la noche. Pero se ha perdido mucho porque hay demasiadas, antes una convención era un lugar donde darte a conocer y publicidad para el estudio. El aprecio de la gente también entra en juego, puede que un tatuador que gane un premio en una convención suba una foto a redes y le guste a mucha gente, sin embargo, otro profesional puede ser mejor. 

No es igual el criterio de un jurado que el de personas que no son profesionales en redes sociales.

Si es igual porque en un jurado son 6 personas y en las redes miles las que te evalúan. Entonces, es lo que te va a dar de comer porque a esas personas es a quienes les gusta. Yo no soy músico, hay música que me gusta y otra que me raya la cabeza, no voy a decir que sea buena o mala, solo si me gusta o no me gusta. En esto dependes de la mayoría. 

¿Olvidamos nuestras raíces, nuestros orígenes, cuando llegamos a cierto estatus?

Perdona que te interrumpa pero sabes ¿por qué? Porque hay quien ha olvidado que sus abuelos fueron a Alemania a quitar el trabajo y dicen que los demás venimos a quitar el trabajo.

Hay que saber mantenerse. Cuando tienes ciertos valores, tienes que estar a la altura de estos. Hasta hace poco mi cantante favorito era Marilyn Manson y con las acusaciones de violaciones, maltrato… Se me ha caído un mito a pesar de que me guste su música. Según te valores así vas a ser valorado, creo que todo depende de nosotros.

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Latinoamérica

“Todos tenemos algo en común en la gastronomía”, DeLucas…

La pareja Lucas Niella y Vanesa Sánchez. Él al frente del catering DeLucas

¿Han reparado en que nuestras virtudes son nuestro camino? Lucas Niella hacía bombones para costearse los estudios desde la secundaria. En Argentina, la inflación aplasta al trabajador que ni siquiera tiene sofá en el living porque no puede permitirse andar parado en un descansito. Vanesa Sánchez comenta la anécdota ojiplática. Esta es la historia del catering DeLucas de la unión de dos culturas que desde tiempo atrás venían siendo hermanas.

“Roquetas me encontró a mí, Vanesa y yo teníamos una amiga en común, me llamó para saludarme una vez y mientras cambiaba al bebé de esta me pasó el teléfono. Así nos conocimos. No había redes sociales, fue en 2007. Estuvimos un año hablando por teléfono, vine a conocer a Vanesa, era la primera vez que viajaba a Europa”, dice Lucas. Después de unas cuentas visitas a un lado y al otro del charco, la pareja decidió establecerse en Argentina.

Bombón de dulce de leche y corazón de nuez, elaborado por Lucas.

Recién entraban en la treintena y tenían un nuevo negocio entre manos. En el camping de la familia situado en la precordillera de los Andes abrieron un restaurante para poder degustar cocina española y criolla los fines de semana. Entre semana Lucas se dedicaba al periodismo y Vanesa recorría los mercados con un mapa de Andalucía y observaba con asombro cómo los descendientes de los alpujarreños reconocían sus raíces. Pero la roquetera echaba de menos su tierra y a los dos años volvieron para quedarse en el municipio.

Al principio Lucas y Vanesa, trabajaban, juntos en una academia de apoyo, el argentino impartía técnicas de estudio para los chavales. Homologó su título de periodismo, especializado en comunicación institucional, pero la vida le deparaba una sorpresa.

Como los españoles echan de menos el jamón, Lucas extrañaba el dulce de leche y empezó a prepararlo en casa, la repostería se le daba, le pagó los estudios. “En Argentina nadie para, siempre haces cosas con las que buscarte la vida”. Un primer bar se interesó en sus tartas, como comercial: Vanesa. La voz comenzó a correrse y este argentino se aventuró al emprendimiento, “si podía vender tartas desde la casa, podía venderlas desde un negocio”, la semilla de DeLucas Dulce y Salado estaba plantada. Fue en el año 2017 que establecieron su sede en la Urbanización de Roquetas, un plan escalable de cafetería y obrador.

Lucas derrite chocolate blanco en la cocina

“El primer año prácticamente dormía aquí, y el segundo año y medio también. Hasta que en el tercero nos dimos cuenta que esta zona en verano no funciona porque la gente no pasa. Nos dedicamos a las tartas y catering”, comenta el empresario. Los dos primeros años fueron los más duros. Trabajaban codo con codo hasta que alcanzaron una estabilidad y Vanesa se dedicó por completo a su academia.

¿Cómo aguantaron esos primeros meses de incertidumbre con los pagos en la nuca?

Lucas: “voluntad y confianza”. Vanesa mira a su pareja, mira a la interlocutora, se lleva las manos al pecho y contesta: “fueron unos benditos, jamás ninguno de mis amigos que habían llevado a cabo el proyecto me dijo me debes esto. En 5 meses, teníamos todo pagado, en el banco aún queda… Todavía recuerdo cuando venía el de las máquinas de café y se llevaba todo lo que había en la caja”. Vanesa transmite su pesar cuando cuenta sus vivencias, los comienzos no fueron fáciles. “Nos dejaron que pagáramos poco a poco, veían intención”.

Otra advertencia a los aventureros que estén pensando en montar su propia empresa que nos da el obrador; las retenciones. Llegas ilusionado, que bien voy a montar mi primer negocio y empiezan a caerte las retenciones, eso no te lo dicen al principio. Cada tres meses pagamos de retenciones el 19% del alquiler por ser autónomos”, dice el Niella.

Vanesa agradece que los obreros del hotel de enfrente hicieran de la cafetería su sede durante el tiempo que duró la reforma. “Gracias a los 6 meses que duró la obra terminamos de pagar porque el préstamo no nos llegó para todo”.

Útiles de Lucas

¿Cómo es la conciliación familiar con el negocio?

“Al principio muy mal porque pasábamos todo el día aquí. Nuestra hija estaba con mis padres y llegó un momento en el que no quería saber nada de nosotros”, apunta Vanesa. En ese momento su hija tenía 2 años.

“Eso fue durante los dos primeros veranos, entonces al tercero cerramos. Los vecinos pasaban a decirnos que estábamos flaqueando pero cuando nos veían entrar a las 05.00h de la mañana y salir a las 09.00h con canastos y cajas para que llegara todo fresco… Después los clientes que venían en Navidad venían a recoger los pedidos…”, cuenta Lucas como se fraguó el catering poco a poco.  

Desde el principio establecieron un plan de negocio escalable. Primero cafetería y según pudiera desarrollarse evolucionar a catering.

La zapatilla comestible, una creación de DeLucas

Lucas Niella contaba con la experiencia previa en el camping familiar Las Chacritas y las enseñanzas de su tío Gustavo que trabajaba en uno de los lujosos hoteles que la cadena Hyatt tiene en Mendoza. “Aprendí mucho solo de charlar con él, me contaba la planificación de las mesas de los eventos. Cuando necesito una receta de cualquier cosa lo llamo a él, tenemos una composición de micuit del Hyatt buenísima”.

Los padres de Lucas fundaron el camping en el año 2000 y al año siguiente la economía argentina colapsó. Nos agarró el corralito, con los baños a medio hacer e igual dejábamos a la gente pasar, eso aquí no te lo dejan hacer. El camping era un extra, mis padres eran profesores y siguieron dando clase, pero se quedaron con todos los dólares que habían ahorrado durante una vida. Al tiempo nos devolvieron un cuarto de lo que retuvieron en pesos, que eran como papeles del Monopoli”.

¿Durante la crisis sanitaria del COVID 19 han recibido alguna ayuda?

Nos ha ayudado la Diputación de Almería, no dios como 1000€ a todos por estar cerrados durante la cuarentena. Con el plan Impulsa2 el Ayuntamiento nos dará una ayuda para el alquiler, luz, agua, teléfono…

Hemos tenido que seguir con todos los pagos adelante durante la cuarentena: el alquiler lo hemos tenido que pagar, el préstamo del banco, los intereses…

¿Los eventos han disminuido?

Es que no hay eventos, llevamos bandejas pequeñas a las casas. El doble de trabajo, la suerte es que confían en nosotros. El catering ahora lo hacemos de dos o tres bandejas y antes hacíamos cumpleaños para 30 personas.

También trabajábamos para la Universidad Católica de Murcia (UCAM), hacíamos el desayuno de los alumnos en los cursos de formación de la sede de Almería. Desde que empezó el COVID no estamos trabajando con ellos pero nos echan de menos y nosotros a ellos. Era un fijo que nos ayudaba a pagar bastante.

San Pancracio, amuleto de una clienta para la buenaventura del negocio

Finalmente, la reflexión de que la gastronomía sirve como punto de encuentro se abre paso. No quería distinguirme como el argentino porque quería preparar para todos. Mis clientes se llevan comida argentina como unas costillas o el lemon pie, pero preparamos de todo. La pata de cordero en las cenas de Navidad, la gente confía en nosotros para estos eventos más comprometidos. Además, todos tenemos algo en común en la gastronomía. En Argentina somos descendientes de españoles e italianos. En algunas cosas de olla se encuentra la comida, como en el locro. Pero tenemos más las pastas italianas”.

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Originem

«Debemos buscar lo que nos une», dijo el sacerdote…

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Existen lugares que invitan al recogimiento, al silencio, a la introspección. Reciben el nombre de templos y aunque cada cual tenga el suyo, todos comparten el mágico poder de conectar al ser humano con su parte más elevada, con su ser. El Iconostasio, las paredes ricamente decoradas y los haces de luz que atraviesan la cúpula e iluminan las imágenes sagradas de la iglesia ortodoxa Bautismo del Señor, en Roquetas de Mar, convierten este edificio en el templo sagrado ortodoxo.

Adrian Fofiu, sacerdote rumano, utiliza la parábola de Jonás y la ballena para explicar cómo llegó a Roquetas. Al personaje bíblico se lo tragó un pez enorme para que tomara el camino que Dios le había designado. Hace 8 años que el religioso dejó Oradea, cerca de la frontera con Hungría, y enraizó en esta tierra, “no me siento extranjero aquí y no siento que no esté en mi país”, dice.

En la puerta del templo, el menor de sus hijos corre en busca de su madre montado sobre su correpasillos. Mientras tanto, Fofiu atiende sus quehaceres: confesiones, misas de difuntos y, en definitiva, acompaña a su comunidad y a todo el que lo precise en la fe. “La Iglesia es de utilidad pública, aquí puede venir cualquier persona, de cualquier nacionalidad. Nosotros tenemos buena relación con todas las religiones”, declara el eclesiástico.

Las banderas de España y Rumanía dan la bienvenida a los fieles. El orden es importante explica Fofiu: “porque España es la tierra en la que estamos y Rumanía es nuestro país”.  Esta iglesia ortodoxa fue la primera de nueva obra construida en este país. Su consagración en el 2018 constituyó todo un hito que congregó a autoridades religiosas católicas y ortodoxas, además de a las figuras políticas más relevantes del municipio. Esta construcción supuso un desafío económico al que los ortodoxos hicieron frente.

En este pueblo de 100.000 habitantes se congrega la segunda comunidad rumana más numerosa de España, son casi 10.000 los rumanos censados en Roquetas de Mar. La primera radica en Castellón.

Interior de la iglesia Bautismo del Señor. Foto por Blas Fuentes

Me gustaría conocer un poco cómo fue su desembarco en Roquetas de Mar, ¿Cómo fue adaptarse, conocía el idioma ya?

¡Madre mía, ni sabia decir hola! Hablaba inglés pero me chocaba salir a la calle y que casi nadie supiera hablarlo. Solo hablaba inglés mi casera y una mujer del ayuntamiento. Soy sacerdote ortodoxo y la mayoría de las personas son rumanas pero mi trabajo como párroco implica tener relaciones con todas las personas, autoridades civiles y eclesiásticas… Empecé a estudiar español en servicios sociales. Así superé esa barrera de comunicación.

Mi mujer llegó un año después y al principio no le gustaba nada, me decía: «¿dónde me has traído? ¡Si estas montañas no tienes árboles!» A mí me sorprendió porque había estado trabajando tanto que no me había dando cuenta de cómo eran las montañas.

¿Qué hubiera sido usted de no ser sacerdote?

Ahora mi preocupación es estudiar otra tesis doctoral de teología; la importancia de la comunidad en diáspora y la importancia de la iglesia en diáspora rumana. Aparte de realizar estudios teológicos, tengo la carrera de trabajador social. Mis estudios están homologados en España por lo que estoy colegiado oficialmente en Almería. Además, poseo un doctorado en sociología por la Universidad de Almería.

¿Espera seguir ejerciendo de sacerdote en Roquetas?

Creo que cada uno de nosotros somos lo que somos y estamos donde estamos porque eso es la voluntad de Dios. Cuando este confiere que no es bueno para tu salvación asentarte en algún sitio concreto, te vas a ir. Mientras tanto, debes trabajar en el lugar donde estés como si este sitio fuera tu residencia para toda la vida.

Cuando llegué muchas personas me preguntaban si me había acostumbrado. Yo no me siento extranjero aquí y no me siento que no esté en mi país. Me siento como en casa porque trabajo, cada día, con el mismo esfuerzo y dedicación. No tengo tiempo para pensar en qué lugar del mundo me hallo.

Autoridades religiosas ortodoxas durante la consagración de la Iglesia Bautismo del Señor

¿La fe viene de la familia, desde pequeño o es algo que cada cual lleva dentro?

Cada cual tiene su sentimiento religioso no necesitas ser sacerdote, agricultor o albañil. Estés donde estés, puedes ser el siervo de Dios.

¿Durante la etapa comunista en Rumanía se podía practicar la religión?

Nací en 1982, siete años después se disolvió el comunismo en mi país. Recuerdo a mi familia practicando la fe, he escuchado historias de ciertos cargos en empresas que tenían alguna pega para practicarla. Pero quien quería podía porque nuestros calendarios están llenos de santos que, hasta el siglo III y IV d.C., tuvieron lugares de culto en catacumbas. Quien quería rezar podía donde fuera que estuviese.

¿Cómo diría a una persona que no conoce su religión en qué consiste?

Consiste en el acercamiento de Dios, en su amor y el amor y respeto hacia toda la gente. Si se presta atención, a la entrada del templo, la primera bandera que recibe a la comunidad es la de España, después la de Rumanía Su simbolismo es el respeto a todos los cultos porque pensamos que cada uno es el hijo de Dios.

¿Existe alguna diferencia entre católicos y ortodoxos, por ejemplo, con el concepto de purgatorio?

Esa es una diferencia- aquí se ríe-. Es una diferencia de fe, de dogma, pero debemos buscar todos lo que nos une y no lo que nos separa. Teniendo una historia de más de 1000 años juntos, debemos buscar lo que nos une: Jesucristo, la Virgen María y todos los santos.

¿Los religiosos ortodoxos pueden casarse y tener hijos?

Sí, acabas de ver a mi hijo pequeño. Tengo dos uno de 2 y el mayor de 10 años. El mayor no es rumano tampoco, nació en Hungría. Realmente, vivimos en Rumanía cerca de la frontera con Hungría, Oradea. Fuimos a un doctor húngaro.

El sacerdote rumano frente al Iconostasio. Foto por Javier García.

¿A veces, comparten espacios los ortodoxos y católicos?

La parroquia del puerto de Santa Ana tiene muchos salones y en una ocasión, hace un par de años, cuando tuvimos el encuentro de los jóvenes ortodoxos de Andalucía y nos beneficiamos dada la buena relación con el obispado católico y el párroco del puerto.

¿Cuán importante es para una comunidad tener un guía espiritual?

Depende de qué comunidad hablemos. En cada una existe el sentimiento religiosos agudizado más en unos que en otros. Como los españoles, algunos rumanos son creyentes y otros no. Respetamos a todos. Yo les explico que soy el prior de todos, no hay diferencia ni discriminación. Existe una importancia en tener un lugar de culto porque esto nos une. Por ejemplo, la gente que practica a fe viene a la iglesia y dicen sentirse en casa, en Rumanía, y no se sienten extranjeros. La iglesia está pintada como allí, las sillas, todo.

Nosotros intentamos realizar un espacio de confort espiritual para cada creyente. Si viene a la Iglesia una persona y siente que aquí está su casa, este es bienvenido. Significa que yo he cumplido mi misión. La Iglesia es de utilidad pública, aquí puede venir cualquier persona, de cualquier nacionalidad.

Por ejemplo, ¿se dan uniones en esta Iglesia entre rumanos y españoles?

Sí, hemos tenido. Se pide la bendición del Obispo ortodoxo para poder hacer una boda mixta entre católicos y ortodoxos. Puedes hacerlo de dos maneras: mantener tu culto católico, entonces se pide la bendición para celebrar una boda mixta. Otra manera es que la persona católica se convierta al culto ortodoxo. Se celebra una boda ortodoxa sin la bendición.

¿Cómo guía a los feligreses en esto tiempos de pandemia?

Todos, creyente y no creyentes, hemos pasado y pasamos un tema delicado, por no decir difícil. Es importante tener amor y compasión por todos. Y fe porque esta ayuda a las personas a pasar momentos difíciles en la historia.

Altar ortodoxo. Foto por Blas Fuentes

Adrian Fofiu se pone en pie, una larga túnica azul oscura, su característica skufia sobre la cabeza y un crucifijo de plata colgando del pecho, nos acercamos a paso firme hacia el Iconostasio, una pared de madera que sostiene los iconos sagrados. A través de las puertas del emperador, situadas en el centro de la talla de madera y detrás de una cortina celosamente guardado el altar, el lugar más sagrado.

El altar es el lugar reservado para el clero y las personas bendecidas que acceden por las puertas diaconales de los laterales. Normalmente, las mujeres no pasan porque no pueden ser sacerdotes. Sobre la mesa se disponen una serie de objetos sagrados; las escrituras, el cuerpo y la sangre de Jesucristo y demás enseres litúrgicos traídos de Rumanía. Un lucernario colorista, pintado de arriba abajo, que a media mañana se llena de rayos de luz que apuntan a los iconos entre dorado, azul y rojo, componen una imagen que acercan lo divino a lo mundano.

Por último, el religioso nos acompaña a la puerta: “tened cuidado con los sacerdotes que hablamos mucho”, dice entre risas.

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África

La barbería que congrega al mundo en Roquetas de…

Hace un par de años abrió sus puertas en la plaza de la biblioteca de Roquetas de Mar una peluquería-estética a caballo entre sala de fiestas y dos continentes. Los puentes entre las culturas se tienden a través de la estética italiano-marroquí del local, de los ritmos urbanos en voces tunecinas, latinas, americanas, de las manos que con mimo elaboran complicados dibujos en el cabello a golpe de paciencia, perfeccionismo y navaja.  

En este pueblo de la costa mediterránea conviven 114 nacionalidades de las 193 que forman el mundo, según el censo municipal. Roquetas es el mundo en un pueblo, los rumanos son el oro, los marroquíes la plata y el bronce los senegaleses, en medida a los habitantes empadronados. La riqueza cultural la genera el motor económico que es la agricultura, primeramente, pero a día de hoy podemos ver cómo los extranjeros impulsan la economía en el sector secundario y terciario, uno de los ejemplos: la Peluquería Venecia.

Fran Juárez, el barbero que ha crecido en los bancales. Foto por Melanie Lupiáñez

El equipo de trabajo del local protagonista no llega a la treintena, a nadie le sorprende que allí converjan rumanos, marroquíes, gitanos, guineanos… “para mí es lo normal, yo he crecido así con personas de todas partes”, dice Fran Juárez, uno de los barberos. Un joven roquetero que empezó a trabajar a los 15 años con la disciplina de la agricultura heredada de su padre y que hoy aplica en su día a día.

Juárez es delgado, habla lo justo y pone plena atención a lo que hace, desde que coloca la capa, hasta que empolva la brocha con talco para retirar los pelos que le hayan quedado al cliente por el cuello y la cara. Puedo decir con un margen de error milimétrico que este chico es un rabo de lagartija. A los 20 años, se fue a Inglaterra, trabajó en una barbería y a pesar de que hizo muchos amigos y el lugar le parecía agradable, este es su sitio.

“El trabajo aquí habla solo. La calidad de peluqueros es lo que nos diferencia”, dice Juárez.

 ¿Cómo aprendéis a hacer esos cortes de pelo?

Eso es que te guste, si algo te gusta lo aprendes rápido. Los clientes suelen cortarse el pelo con uno de nosotros pero si faltamos se cortan el pelo con otro peluquero sin problema. Tenemos más o menos el mismo rollo.

Detalle de una de las mesas de trabajo. Foto por Melanie Lupiáñez

¿Por qué los marroquíes trabajan tan bien la barba?

Son muy detallistas. Hay muchos tratamientos: se puede tintar la barba, echar queratina para alisarla un poco… Muchas cosas las aprendemos en las redes. Siempre vemos vídeos, de gentes de otros países, de técnicas diferentes, al final sacas tu propia forma.

¿Esta es la barbaría de las naciones?

Si es una buena barbearía, se mueve gente de todas partes, no solo aquí, cuando trabajé en Inglaterra también lo veía.

A pesar de ser muy joven, tienes 22 años, ya cuentas con una trayectoria ¿Cuál sería tu meta?

Mi meta es ser el más grande en lo que hago y ya está.

Soy el que abre la barbería yo estoy aquí a las 09.00h. Tengo mi rutina que es levantarme, mi trabajo… Llevo 7 años trabajando sin parar, durante 4  estuve en la agricultura con mi padre. Al principio se lo tomo regular porque estaba de encargado en la finca pero lo entendió. Ahora soy quien le corta el pelo.

Kleva, el barbero que hace los cortes con más rollito. Foto por Melanie Lupiáñez

 Kleva Djalo o siplemente Kleva, “el barbero con más rollito”, reza en uno de los posts de la cuenta  de Instagram de la peluquería. Conocemos a este joven de 22 años por haber llevado el pelo rubio, rosa, con trencitas, por su ropa llamativa, por su singularidad. La primera vez que vino a Roquetas de Mar tenía 18 años, procedente de Guinea-Bissau su tío le pagó un billete de avión, le dio la oportunidad de conocer este pueblo que hoy es su casa.  De vivir en esta tierra le gusta todo, el sol, la gente que es muy amable, aunque echa de menos a su familia.

¿Kleva cuáles son tus planes?

Seguir siendo peluquero en Roquetas de Mar. Contesta seguro con las palmas de las manos abiertas, me gusta cuando hacemos ese gesto, ese que dice ves  no escondo nada, digo la verdad, después sonríe y cierra la respuesta.

Isa Reina, la auténtica líder de la barbería. Foto por Melanie Lupiáñez

La mujer de este ‘team’, Isabel Reina es nijareña, tiene 26 años y es la mayor de los compañeros. Lleva un año al frente de la estética y tiene una parte de responsabilidad en el negocio cuando no están los jefes, claro. “En general, todos los compañeros nos llevamos bien”, dice la esteticista.  

¿Cómo es trabajar para marroquíes y con marroquíes?

Soy una trabajadora más, cobro igual, todo bien… Gesticula con las manos y asiente con la cabeza para enfatizar su discurso.

Creo que son más estereotipos que tenemos porque ellos llevan muchos años aquí, algunos toda su vida, no tienen la mente cerrada como piensa la gente. Si se dan roces es por la convivencia, no por las diferencias culturales.

 ¿Cuáles son los tratamientos que más haces?

De todo; uñas de gel, extensión de pestañas… los chicos últimamente son más coquetos que las mujeres también este centro está más dedicado al hombre. Ellos se hacen tratamientos faciales, depilación, manicura de vez en cuando alguno, normal, sin esmaltado, solo para tener las uñas limpias.

Una novedad es el tratamiento de ajo para que crezca la barba que introdujo el influencer Isam Harchi. Los resultados no están probados, pero las risas están garantizadas, además Reina es toda una profesional hasta para poner ajo por la cara.

Hamza Stita, el barbero que tiñe el pelo psicodélico. Foto por Melanie Lupiáñez

Quien se esconde por ahí es Hamza Stita, proviene de Marruecos. Llegó a Roquetas de Mar porque su madre le dijo que aquí se vivía bien, y a las madres no se les hace la contra. El joven salió de su país hacia Italia al cumplir la mayoría de edad, pero le gusta este pueblo porque se siente como en casa. Los atrevidos confían en sus manos para derramar los tonos más psicodélicos por su cabeza. También tiene la capacidad de hacer que un pelo crespo luzca como la cabeza de un muñeco Ken en menos de una hora.

Stita realiza y monta los vídeos que aparecen en la cuenta de Instagram de la peluquería, una de las ventanas más potentes para llegar al público, según nos cuenta el equipo.

Gracias por haber leído hasta aquí esperamos que te haya sabido a poco, que quieras pasar a conocer a estos mosqueteros y la dartañana de las navajas. Nos vemos un domingo más en Originem.

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Business

«Supe que este era mi lugar» Roquetas para la…

Ojos azules chisporroteantes, sonrisa traviesa, la broma, el optimismo, la picardía… Esta es la historia de una de esas alemanas que embelesaban a los muchachos en la puerta de las discotecas en los 80. Cuyo cabello dorado le valió un distinguido paseo en mulo por las Alpujarras y cuya determinación en la vida la plantaron en Roquetas de Mar hace 33 años, porque este es su sitio. A continuación, Astrid Janetzko, nacida en Dusseldorf en 1965, madurada bajo el sol de Villalón.

¿Cómo conoció Roquetas de Mar?

“Vine por primera vez con 12 años de vacaciones, solo había dos hoteles Playa en la Urbanización. Desde entonces, supe que este era mi lugar e hice todo lo posible por venir”. Asegura que la comida era difícil, nada que ver con los hoteles todo incluido y cocina internacional que se estilan hoy en día. «Imagina que yo nunca había comido cocido en mi vida. Ahora me encante pero, claro, en aquella época la comida española era muy chocante para un turista», asegura Astrid.

A pesar de todos los choques culturales, quedó prendada de Almería. Cuando terminó sus estudios de administración y secretariado ya había perfeccionado el idioma. «Antes apenas había libros para aprender castellano. Practicaba español en la Taberna Flamenca, un punto de encuentro de todos los españoles que habían emigrado a Alemania. Si no encontraba a nadie para practicar me metía en la cocina a limpiar pescado con una señora gallega que hablaba sin parar y no entendía nada, pero me gustaba escuchar el idioma”.

A los 22 años, vino de vacaciones en el ahora renombrado Diver Hotel, lugar en el que conoció a quien fuera su marido, Nicolás, y a un compatriota que la introduciría en el mundo de la animación en los hoteles, un paso importante para obtener el permiso de residencia.

“Nicolás, un hombre de Albondón, me enamoré de él. Pero la combinación del carácter de Dusseldorf y las Alpujarras…” Astrid cambia el semblante y rompe a reír, satisfecha de las vivencias de su vida.

Sin permiso de trabajo, no hay permiso de residencia, ni al revés

A pesar de que la situación era difícil nuestra rubia no dudo ni un minuto, ella tenía claro que vino para quedarse. “Fui a hablar con el cónsul alemán que vivía en Aguadulce y la conversación fue corta. Pensé ¡qué tío! Ahora soy amiga de la familia, pero costó un poco. La situación era como ahora con los africanos, los rusos… el Estado no permiten que te empleen así de fácil”.

 

La gestora alemana afincada en Roquetas Astrid Janetzko. Foto por Melanie Lupiáñez

¿Cómo obtuvo el permiso de trabajo?

Cuando me presenté ante el jefe de recursos humanos del hotel, todavía no dominaba bien el español, pero sabía cuándo tenía que decir que sí y cuando que no. Dije a todo que sí con la cabeza. Gracias a que hablaba 5 idiomas pude obtener permiso de trabajo.

Durante 8 años, fue animadora de uno de los Playa de la Urbanización, tenía miedo escénico de tanto practicar se le pasó, afirma.“Recuerdo con cariño cuando trabajamos con el IMSERSO y mira que con estos viajes no se gana dinero ni para encender el aire acondicionado. Hacía lo que tocaba, había que ayudar en el bar, la recepción… Me trataban muy bien porque vieron en seguida que era extranjera. Llegué al escenario y dije: ‘bienvenido grupo de Gadalajarra’, todos se partían de risa. Después de tantos años me queda ese germen de ser graciosa, animada y era forzosamente, porque mi naturaleza es tímida”.

Los días de actividad frenética en el hotel llegaron a su fin. Astrid domina más de 5 idiomas hablados y escritos, alguno más por oído, pero es una auténtica encantadora de serpientes. «Empecé como guía turística durante 6 años. Pero llegaba a casa y kaput. Después de hablar de flora, fauna y cultura en 5 idiomas, al día siguiente no recordaba qué había contado ni a qué grupo. Fue el punto de inflexión que me hizo buscar una alternativa nueva a mi vida. Decidí armarme de valor y montar mi propio negocio».

1999, año del comienzo

“Junto a mi amigo, José Luis Ramos, que es contable, montamos mi primer local”. Un espacio compartido entre un rent a car y una gestoría, un coworking que dirían los modernos.

Las puertas automáticas, Astrid utiliza esta metáfora para hablar de su trayectoria en la vida y cómo las oportunidades salían a su encuentro.

¿Cómo compró el local donde se emplaza el negocio?

Vi por la calle al dueño del local donde estoy ahora, me pidió nada, estaban todos los papeles preparados porque en el último momento los compradores se echaron para atrás. El alquiler no me gusta pienso que es dinero tirado. Propiedad, propiedad. Hay que pensar en el día de mañana.

La ayuda familiar le dio un pequeño un empujón y eso que ella siempre ha sido una hija única independiente y con las ideas claras. «Mi padre me prestó algo de dinero para reformar el local y habilité el sótano donde viví durante 7 años. Así tenía dinero para mi negocio y devolver la hipoteca. Estaba sola, sin marido, ni hijos… Pues vivía de puta madre. Me compraba todos los muebles que me gustaban, los montaba”.

Vivir y trabajar en el mismo lugar, ahorra alquiler y paga la hipoteca

Detalle del despacho de Astrid

No a muchos les puede parecer apropiado vivir en un sótano durante 7 años de su vida, pero con humor y determinación, esta mujer emprendedora y valiente lo consiguió. “Es un sitio limitado para vivir, estaba muy cerca de los papeles, la suerte que por las mañanas me movía, iba a extranjería… Por otro lado, me gustaba, pensaba si alguien entra a robar estoy yo aquí abajo. Me lo tomaba con un humor”, comenta acerca de su tiempo debajo de las facturas. 

El apartamento fantástico. 2006

“Una señora necesitaba vender su apartamento y me dejó el poder. Se me ocurrió preguntar al notario si podía venderlo a mí misma, respondió que sí. Hablé con la señora y me esperó. Necesitaba 40.000€ y estaba tasado por un valor bastante superior. Todavía pagaba la hipoteca del local y el director del banco solo me preguntó ¿crees que puedes hacer frente a esta segunda hipoteca? Respondí que sí y me la dio”. 

¿Serendipia o destino?

Esta rubia crece en la adversidad, el humor es su filosofía de vida y monta caballos enteros, esto último una proeza al alcance de unos pocos. Y, al final, cada cual se lanza a la búsqueda de su propia suerte, así que Astrid siguió caminando. “Llamé al camión de una empresa de reformas alemana para que me ayudar a llevar la cama nueva que acababa de comprar para el apartamento. Y el transportista me buscó arrendatario. Me pagaba un alquiler pequeño a cambio de reformar todo el apartamento por dentro en el plazo de un año. De esa manera tenía un apartamento presentable cuando se marchó el alemán”.

Estudiar medicina a los 47 años

“Hubieras sido buen médico” dijo el doctor Juan Barón del Centro Médico de la Urbanización. Música para los oídos de nuestra protagonista que con 45 años se preparó el acceso a la Universidad.

Una vez más se puso manos a la obra, “fui al Cortijo del Gobernador y me matriculé en el acceso a mayores de 45 años. Solo tenía que preparar dos asignaturas lengua y comentario de texto. Vi que había clase de latín, griego, filosofía… tantas cosas interesantes y me apunté a todo”.

Como una auténtica colegiala Astrid se quedó colgada de un profesor, pero el amor no siempre es correspondido en la medida que lo esperamos. “Me enamoré de mi profesor de latín, pero era del otro lado del río, ¡Qué pena! Era muy buen profe. Siempre le gastaba bromas, en una ocasión puso en la pizarra la palabra analfabetos, preguntó cuál es el lexema y yo respondí: anaaal…Pero me lo podía permitir porque era buena”. 

De hecho se aprendió todos los todos lo sufijos y prefijos en orden alfabético del español de origen latino y griego. Cuando pregunté que por qué en orde alfabético respondió la protagonista con rotunda convicción: «para poder retenerlos en la cabeza». 

Además descubrió que amaba la filosofía y que las enseñanzas de los grandes, como Platón y Sócrates, eran sus pensamientos desde siempre. 

¿Llegó a la Universidad?

Me matriculé en Granada para medicina y estudié un solo día, porque las clases eran presenciales y no podíamos faltar sin justificante médico. Mi padre estaba en casa y tenía que cuidar de él, traté por todos los remedios de ir con el tren, el coche… Me di cuenta que no podía cuidar a mi padre en Roquetas y estudiar medicina en Granada. Además, tenía que llevar el negocio…

¿Cuál fue la sensación entonces?

Lloré mucho cuando lo dejé, pero me di cuenta que esa puerta era la que forzaba y conseguí abrirla. Me metí donde no era mi camino, pero tengo la satisfacción de haberlo conseguido. Quería estudiar medicina para ser alguien importante, pero me di cuenta que ya soy alguien importante”. El reconocimiento, que no es el igual que la gloria, o la fama, tiene que ver con la distinción que aporta poseer ciertas características.

 

Hace un par de años que Astrid Janetzko dejó de vivir en la caseta de madera que habilitó cuando su padre vino a pasar el invierno de su vida a su apartamento. Ahora este lugar esta destinado a la escritura terapéutica, humorística y autobiográfica.

Por cierto, no piensa jubilarse sigue dedicándose al asesoramiento y trámites de extranjeros comunitarios. Con el nombre de Victoria Services Management conocemos su negocio, “porque esta palabra es muy positiva y mi nombre era un poco difícil de recordar”, aunque yo haría el guiño a la conocida marca de ropa interior femenina. Está orgullosísima de su trabajo, ser su propia jefa, todo lo que ha obtenido en la vida y agradecida a pesar de los tiempos que corren a la vida.

“Si te atreves a vivir, vas a crecer”, dijo por último. 

Gracias por leer y formar parte de la comunidad Originem.

Estaremos encantados de ver tus comentarios o escuchar tus propuestas.

Fuerza y determinación para todos siempre.  

África

“Siempre te sientes extranjera, te falta tu raíz”, palabra…

Quiso la protagonista de esta historia que su herbolario fuera vieja botica y lo llamó 'Jadis', una palabra francesa que significa antaño. Detrás del mostrador y al frente del negocio se encuentra Naima Eloujaji. Una mujer de formas elegantes, una nana en la voz y una presencia enigmática. Aterrizó en Roquetas de Mar y se ha arriesgado a abrir sus puertas en tiempos de pandemia.

“Esto es una sociedad, no es solo mío, mi hermana farmacéutica es quien lleva la parte del herbolario y yo la cosmética, que al final es un todo y es que esta mujer tiene como pilar principal a su familia. “Lo que más echo de menos es a mi familia. Es duro, aunque encuentres una mejor forma de vivir, te falta algo siempre te sientes extranjera, te falta tu raíz”.

La familia, las raíces y las situaciones que nos obligan a seguir adelante sin mirar atrás. Naima, nacida en 1965, rondaba la treintena cuando dejó Marruecos, hizo un cambio de vida y escogió Italia. Con el paso del tiempo el país de la bota se le quedaba pequeño y emprendió rumbo a Bélgica. El destino tejió sus invisibles hilos y en Bruselas dio con Livio Serafini. Cuenta el italiano que la vio en un café de la ciudad, él estaba leyendo, ella tomaba un café y “desde entonces”, comenta el hombre mientas admira a su amada.  

,¿Cómo acabaron en Roquetas?

Serafini contesta a la pregunta: “vine por primera vez a Roquetas de vacaciones, a Aguadulce, para mi es como Silicon Valley”.

“Queríamos hacer un cambio de vida, vivir mejor, más horas de sol… Aunque ganemos menos dinero la vida no se limita a ir trabajar, ir a casa y seguir. Además, aquí todo me recuerda a mi tierra, cuando visito la Alhambra, veo los pueblos almerienses… Es como estar en Marruecos. Madre mía, ¡qué cultura tuvieron los antiguos para hacer estas edificaciones! Andalucía es mi amor, siempre tengo presente hacer un blog con todos los pueblos que visitamos, la comida, las fotografías”, Eloujaji habla con una sonrisa franca, sus ojos achinados tras la mascarilla la delatan.

Jabones artesanos de Naima. Foto por Melanie Lupiáñez

La pareja es muy aficionada al ‘running’, la gastronomía y las rutas en moto. Han bordeado la costa de Cabo de Gata en sus zapatillas, han subido a las antenas a ritmo alto. “Cuando no salgo a correr 3 veces a la semana es como si me faltara algo. Solemos hacer la media maratón, pero este año con la pandemia todo está siendo más complicado”, comenta ella.

Por el herbolario hay cosmética marroquí y bien es sabido que, desde hace milenios, la cultura árabe es muy dada al cuidado, la belleza, esa cosmética ancestral que hoy llamamos natural.

¿Cómo aprendió a preparar toda esta cosmética?

En casa siempre lo hemos hecho, mi madre y mi abuela, tenían este conocimiento de la piel, las plantas medicinales, que al final es complementario. Preparaba estos jabones en casa para mí, pero hace 4 años estudié naturopatía.

A partir de ese momento la alquimista se profesionalizó, hasta el día de hoy donde puede ofrecer una línea de cosmética y cuidado para la cara, más de 4 tipos de champús diferentes dependiendo del tipo de cabello, crema para el cuerpo tanto sólida, como en pomada, labiales… El establecimiento es un viaje en el tiempo, la atmósfera, la luz, el olor de las esencias que destila el vaporizador, la casa de la abuela en el pueblo. Además, Eloujaji es muy hospitalaria, no me podía ir de allí sin tomar algo, que pena que no fueran deliciosos dulces marroquíes (halwa, en árabe). “Me gustaría hacer una cata de tés y dulce pero como está todo”, dice la protagonista.

Detalle de la cosmética natural del herbolario Jadis

¿Qué es lo que más echa de menos?

“La familia, siempre es lo que más echo de menos”. Su mirada toma la profundidad del océano, pero solo deja ver la superficie.

Su madre quedó viuda muy joven con 7 hijos en sus brazos, Naima tenía 8 cuando perdió a su padre, que se dedicaba a la enseñanza. “Mi madre era muy fuerte, fue difícil para ella, pero consiguió que todos tuviéramos una vida plena, todos hemos estudiado”, sube los hombros y cierra los ojos. No puedo hablar por experiencia solo por testimonios, pero dicen que cuando uno pierde a sus padres se siente huérfano, aunque tenga 80 años. Esa es la emoción que percibo en sus palabras.

“He disfrutado de una infancia muy feliz, con tantos hermanos recuerdo cuando veíamos una película y después comentábamos todos. Ojalá el tiempo volviera atrás”, su risa estalla momento de anhelo y recuerdos de la dulce niñez.

¿Qué te gusta más de haber vivido en tantos países distintos?

Cada uno tiene su esencia y hay que probarlo todo.

¿Volvería a vivir en Marruecos?

No, prefiero ir de vacaciones, una casa allí y otra aquí. Pero aquí me siento como en casa, puedo practicar deporte: correr, ciclismo, natación, senderismo. Cada fin de semana vamos a descubrir un sendero, por la sierra de Gádor, Las Alpujarras… vamos en moto. Cuando acabamos siempre paramos a tomar algo en Almería se come bien en cualquier sitio.

Nos despedidos de la mujer que nació en Khenifra, Marruecos, una pequeña ciudad cerca de Fez donde años más tarde estudiaría Derecho en la Universidad de Dhar el Mehraz. La ciudad azul, sobrenombre por el que se conoce a Fez, presume de haber fundado la primera Universidad del mundo, la Universidad de Qarawiyyin, en el año 859 d.C. y, además, fueron 2 mujeres tunecinas quienes tomaron la iniciativa.

Leyendas, heroínas y ejemplos de vida de los 5 continentes que cada domingo tenemos el placer de conocer, gentes que no temen ser quienes son. Estas son los testimonios que nos acercan, los ojos en los que nos miramos y los gestos que, admirados, los que nos hacen crecer.

Gracias por sumarte a Originem,

Gracias por ser parte de la revolución

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Latinoamérica

El único taxista negro de Almería: Santos

Cruzaba presto por el Paseo de Almería y unos ojos salieron a mi encuentro. En la parada de taxis un conductor negro manejaba el coche, entonces quise conocer su historia. “Es ecuatoriano y lleva la licencia 28. Llama a central”, me dijo un compañero del gremio. El protagonista de hoy es Santos Alberto Almán Medina, por ahora el único afrolatino taxista de Almería.

El caballero de la camisa inmaculada, mejores formas y puntualidad inglesa, toma asiento y comienza a narrar su historia, paso a paso, desde el provinciano que nunca había salido de Guayaquil hasta el padre que procura un futuro mejor para sus hijos. “Los estudios no te los quita nadie”, dice quien acusa la vulnerabilidad del analfabeto, más que el azote del racismo.

Llegó a Almería en 2003, dejaba en Ecuador a su mujer y 3 hijos, el menor de 7 años. Vino a nuestra tierra de la mano de su hermana mayor, con la intención de trabajar unos años y sacar dinero para comprar un taxi nuevo en su país.

Distancia que separa Guayaquil de Almería.

“Nunca había salido de mi país, hice trabajos que jamás hubiera imaginado”, confiesa Almán. En el sentido estricto de lo que significa confesar, sacarse del pecho las espinas a golpe de palabra, porque todos soportamos el humano derecho de cometer errores y redimirnos con el perdón de los hombres.

El taxista recuerda con precisión milimétrica las fechas, las cifras y las sensaciones que se anudan en la garganta. En Almería, bajo el mar de plástico apenas pasó 2 meses, en unas condiciones a su parecer hostiles, mal pagadas y sin el ansiado permiso de residencia. A pesar de haber empezado joven a trabajar, a los 14 años ya se las ganaba en un taller de chapa y pintura hasta que llegó a ser maestro, la realidad a la que se enfrentó superó cualquier expectativa.

Las canteras de mármol de Macael

Lo más cumbre que me dio fue cuando llegamos al tajo y había al menos 10 bañeras de piedras de mármol, pero unos piedrones. Teníamos que partir las piedras a mano. Ahora no me puedo quejar porque me ha ido bien, pero si volviera a nacer te digo que no lo hacía. Estuve allí de 2004 a 2006, allí me hicieron los papeles.

¿Cómo podía sobreponerse a este sufrimiento?

El coraje lo sacaba para mandar dinero a mi familia, tenía que mandarles dinero para los estudios de mis hijas, la comida, porque ellos dependían de mí.

Almán había dejado que un compañero ecuatoriano explotara su licencia, además de la encomienda de pasar 100 dólares al mes a su familia, una cantidad suficiente para mantenerse. Pero al poco tiempo los pagos empezaron a demorarse y colgó los dados.

El ansiado permiso de residencia era el boleto ganador, trabajó 6 meses más en las canteras hasta que se cumplió el contrato y volvió a casa por primera vez en 3 años.

“Cuando regresé mi hijo menor tenía 10 años y mis hijas 16 y 17. Además en ese tiempo solo podíamos comunicarnos por un locutorio, no había redes sociales. A veces me gastaba un buen dinero hablando dos y tres horas con mi familia”, recuerda el taxista.

A veces la gente lo ve a uno y piensa que lo que uno ha hecho ya se lo ha ganado. Pero no saben las consecuencias que tiene esa persona, lo que ha pasado para llegar a donde está. Nadie sabe lo de nadie”, dice el chófer.

Fotograma de Santos Alberto Almán por Javier García Soria. Realización y producción.

Al regresar a España se sucedieron los trabajos en diferentes empresas de urbanismo. En una de ellas, Aral, se encargaba de la maquinaria, cargar y descargar los camiones de materiales, etc. Era la época buena de la construcción, se necesitaban muchos trabajadores. “Vino a la obra un amigo mío que era ingeniero, pero no había convalidado sus estudios. El encargado me decía ‘¿Santos a quién has traído aquí este es un buen elemento?’, así él iba con los planos y yo con el dumper y el torillo”, relata el ecuatoriano.

Corría el año 2007 cuando “a través de un amigo me enteré que podía sacarme el permiso municipal de taxi. El encargado, Antonio, me decía: ‘déjate del carnet del taxi. Santos aquí no te va a faltar el trabajo’, pero uno tiene que tener un as debajo de la manga. Al año siguiente comenzó a flaquear el trabajo, la empresa terminó por cerrar y me quedé parado. Aproveché ese tiempo para meter currículo como conductor”, recuerda Almán.

Después de 2 entrevistas fallidas se le dio la oportunidad y comenzó a trabajar como conductor profesional. Un recorrido de 3 horas por la ciudad, para quitar las telarañas tras 7 años de desuso, una puesta a punto al taxímetro y a rodar. El propietario de la licencia le dio las llaves del garaje y del coche, Santos empezaba de nuevo en el turno de 16.00h a 06.00h.

Almán al volante. Retrato por Melanie Lupiáñez

Y en la de prosperar estuvo y anduvo hasta que se dio la oportunidad de comprar una licencia en Almería. Primero encontró una licencia en Huércal que podía explotar en Almería y así se quitaba de la noche, pero a los 6 meses los compañeros almerienses se quejaron, así que le tocó cambiar. Claro que por el camino conoció a un compañero al que ahora llama amigo, Juan, recuerden el nombre que desvelaremos el misterio.

“Todo el mundo busca un porvenir mejor, si fueras yo ¿qué harías?”

“Hice cuentas y vi que con lo que pagaba por el alquiler de la licencia, más la seguridad social, se me equiparaba a la letra del banco si compraba la licencia”. Aunque entonces el banco financiaba el 100% de la licencia, fue su amigo Juan de Huércal quien le echó una mano.

En 11 años Almán será el legítimo propietario de la licencia 28 para entonces espera jubilarse a sus 67 años. Ahora el relevo lo lleva su hijo, Antoni Almán Correa, un estudiante de Gestión Laboral de la UAL, quien explota de vez en cuando el taxi para sacar su dinero. Pero el chico dice que quiere ser funcionario de prisiones, y no hay nada más español que querer ser funcionario.

Santos junto a su licencia , el tiempo no acompaña, pero la sonrisa siempre puesta. Foto por Melanie Lupiáñez

¿Compensa hipotecarse para tener un trabajo?

«Sí, aunque el taxi haya decaído porque han salido todas estas plataformas. El taxi es un mundo». Y al montarnos con Santos en su coche vemos como este es su espacio.

¿Cuándo pudo traer a su familia?

Pude traer a mi mujer y a mi hijo menor en 2009 por una reagrupación familiar, pero mis dos hijas no pudieron venir porque eran mayores de edad. Esto me duele mucho, me he gasto un dineral para que por lo menos una de mis hijas pudiera venir cuando estaba en la universidad, siempre me lo denegaban, incluso recurrí al Tribunal Superior de Justica a través del abogado Pedro Elías.

Desde 2012 no veo a mis hijas, ni pudimos ir a la boda de la mediana que estuvo retrasando el casamiento para venir a España, pero ya empezaron a cancelar los vuelos con el COVID…

¿Ha vivido situaciones racistas?

“El racismo está bastante erradicado, pero todavía hay quien le cuesta. Hay quien se me queda mirando en el paso de peatones y le tengo que decir: ‘chacho, cruza hombre, vamos rápido’”, el protagonista rompe a reír.

Una vez me pasó que yo estaba primero y una señora con su carrito de la compra llegó al taxi y al verme se tiró para atrás. Se fue para el otro coche y mi compañero le dijo que me tocaba a mí. La señora respondió: ‘yo no me voy con ese negro’ y mi compañero le dijo: ‘bueno, pues si no se va con el negro, se va andando’, Santos cuenta la anécdota entre risas.

Y, por cierto, quiero decir que no soy el primer taxista negro de Almería, el primero fue Vicente de Guinea Ecuatorial que ya falleció.

Señor Almán, gracias. A usted y a quienes hacen que Almería sea tierra de todos. 

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Los búlgaros que hacen internacional su taberna en Roquetas…

Milena Pashova desde su taberna en Roquetas de Mar
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La propietaria de la Taberna Milena en Roquetas de Mar, Milena Pashova, recuerda con precisión de cirujano la fecha cuando partió de su ciudad natal, Burgas, en Bulgaria con sus dos hijos de 1 año y 6 meses rumbo a un pequeño pueblo de Castilla la Mancha, Honrubia, tardaron dos días en autobús. “El primer día que salí a la calle con mis hijos dos mujeres vinieron corriendo hacia nosotros con una cara de alegría y muñecos en las manos. Nos acogieron como a la familia”, rememora la hostelera.

Distancia de Burgas a Honrubia

 

El marido, Stoycho Pashov fue el primero en venir a España. “Lo pasó muy mal, fue muy duro, salió de Bulgaria con una oferta de trabajo, pero le mintieron. Tuvo que dormir en un banco en la calle en Madrid, entonces conoció a un búlgaro que lo ayudó y fueron a trabajar al campo en Albacete. Desde allí le ofrecieron trabajo en Honrubia y a los 6 meses pudimos venir nosotros”, continúa Pashova.

Stoycho Pashov en la cocina

 

Esta pareja siempre se ha dedicado a la hostelería, es tradición familiar. Se conocieron cuando trabajaban en la taberna griega Afrodita en Burgas. “Allí trabajábamos 30 camareros, tenía dos plantas, en la primera había música típica griega en vivo y arriba estaba el mehana que me hace mucha falta aquí, pero no lo puedo tener”.

El mehana es a los búlgaros lo que a los andaluces un patio, es una construcción de madera con grandes mesas y una barbacoa donde se reúnen a comer y bailar. Dadas las raciones abundantes, su forma de vivir y el trato se ve que la sociedad búlgara es acogedora, muy dada al compartir.

Los Pashov en su taberna

 

En el año 2003 se trasladaron a El Ejido, su amiga Bogi a quien habían conocido en la taberna le dijo a Milena que buscaban limpiadoras. Así la familia se trasladó al levante, “primero trabajé en una empresa de limpieza y después limpiaba en casas particulares. Tenía mucho trabajo y en todas las casas me trataban como a una más de la familia”, dice la mujer búlgara a sonrisa llena, que se intuyen por los ojos entrecerrados que le deja la mascarilla.

En 2015 llegó el golpe de suerte, una herencia les dio el impulso para montar su primera taberna en El Ejido. En este momento Milena para y toma aire con la emoción a flor de piel continúa: “estoy muy agradecida a toda la gente, tenemos muy buenos momentos de juntarnos, bailar y pensar que estábamos en nuestra tierra”.

Pizarra de tapas

 

La Taberna Milena que empezó como un punto de encuentro de búlgaros nostálgicos se ha convertido en la casa de todos. Cada día a media mañana llega una señora alemana que vive en su caravana aparcada a tres calles, un currito cuyos pantalones llenos de mezcla lo delatan pide un plato de cocido y, un italiano jubilado bebe una jarra de cerveza helada y pide una tortilla de 2 huevos. El chef, Stoycho Pashov, marido de Milena, sale a dar en mano el plato a su cliente a comprobar con satisfacción el trabajo bien hecho. Los bocados búlgaros están adaptados al concepto de tapa almeriense, pero el plato de cocido es tamaño casa de abuela.

Ensalada típica búlgara

 

A Roquetas se trasladaron hace 4 años, se llevaron su altar con una virgen ortodoxa regalo de la madre de Pashov cuando abrieron el primer bar, las recetas, el buen hacer y toda la bebida y comida típica que consiguen de importación.  

Altar particular con Santa María, la virgen que les regaló la madre de Stoycho cuando abrieron el primer bar y, el Kuker que ahuyenta los malos espíritus

 

¿Tuvo miedo de lanzarse a montar su propio negocio?

No. Ahora si tengo miedo, antes no estaban las cosas así.

¿Por qué la gente repite?

Porque le gusta. -Responde al instante sin la menor duda- Viene una persona y siempre traer a más gente, me dicen que se sienten como en casa por como los tratamos.

Pollo de la casa

 

¿Cuáles son sus claves para que el negocio vaya óptimo?

Trato a la gente como me gusta que me traten a mí. Puedo decir por experiencia propia que, con excelencia y mimo, como cuando vas a casa de la abuela y está pendiente de que no te falte de nada. No puede salir sin haber probado la ensalada típica búlgara, la hamburguesa búlgara y el queso a la plancha, platos y ricos y abundantes.

¿Tener un buen cocinero?

Aquí estallan las risas, “eso por supuesto, el chef es el mejor, tiene una mano. Lo más típico es la ensalada búlgara con queso feta, la tapa Milena que la llamamos así porque una amiga siempre la tomaba y decía que se tenía que llamar como la casa, también las patatas con queso tienen mucho éxito porque son caseras y no las freímos en freidora”.

¿Al final se queda el corazón entre dos tierras?

Pues sí, echo de menos todo. Me gustaría volver, pero me encanta vivir en España, la gente, son muchos años aquí.

¿Guardan relación con los albaceteños?

Sí, la hija de mi vecina Dori, Tini, me enseñó a hacer tortilla de patatas. Ella vivía en Madrid, pero cuando venía a Honrubia siempre traía regalos para los niños.

¿Cuánto tiempo pasó hasta que regresaron a Bulgaria?

Volvimos en 2008 cuando murió mi suegro. No hemos ido mucho, por falta de tiempo, falta de dinero, con el bar no tenemos tiempo de nada abrimos de lunes a domingo.

Cuando le digo a mi marido que nos vayamos de vacaciones el siempre se ríe y dice que vivimos en paraíso porque aquí siempre hace sol y se está muy bien.

Antes de despedir a la familia Pashov tenemos el placer de conocer a su hijo menor, un muchacho muy alto, que echa una mano en el bar. “Mira este es mi hijo pequeño”, dice el padre mientras el chico le echa el brazo por el encima del hombro, “¿Has visto que pequeño es?”, dice Stoycho mientras levanta la cabeza para mirar a su hijo con una enorme sonrisa pintada en la boca. El hermano mayor está fuera estudiando farmacia.

Muchas gracias por dejarnos conocer vuestra historia, vuestro ejemplo hace grande nuestra tierra y enriquece nuestras culturas. 

Originem

Un locutorio roquetero: el corazón entre mares, el mate…

Silvina Zapico y Juan Ignacio Yurgel Brignone. Foto por Carmen Blanco
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Un locutorio pequeño de Las Marinas regentado por una familia argentina. Un hombre y una mujer en la mitad de su vida, que hicieron de Roquetas de Mar su hogar. La historia de muchos, en la que nos podemos ver todos.

Emprender en un lugar extranjero, innovar y reinventarse, las claves del negocio. Hace 10 años tan solo era un locutorio, a día de hoy el grueso de la empresa recae en la telefonía, reparación y contratos. Pero con la vista en nuevos horizontes: la digitalización y una impresora 3D.

A principios del milenio, el miedo invadía las calles de Buenos Aires. Silvina Zapico estaba embarazada de su primera hija, contaba veintipocos, recién graduada en Turismo y recién casada con Juan Ignacio Yurgel Brignones, quien al día siguiente de la boda vino a Madrid a buscarse la vida. En esa situación la protagonista se decidió a cambiar de vida.

Si vuelvo a mi yo de 21 años, no lo volvería a hacer. Me quedo en mi casa con mi familia, mis comodidades. Pero no me arrepiento de haberme ido, después de todo lo que hemos pasado, no me puedo arrepentir. Hemos llorado, hemos estado solos Navidades, Año Nuevo, Cumpleaños. No existía WhatsApp, iba a una cabina echaba unas moneditas”, dice Zapico.

“Todos los extranjeros vivimos esta dualidad emocional, que te sentís bien donde estás y te gusta el lugar que encontraste, pero siempre vives tu vida reflejando todo lo que pasó en tu país, tus orígenes, tu familia. Porque lo dejas todo atrás. Es bonito lo que se encuentra, pero duele todo lo que se deja”, continúa la empresaria.

Por el local hay objetos que denotan su procedencia, los Mates, su hija mayor va por la trastienda tomando uno. También hay un mapamundi alfilereteado por Europa central y Argentina, señalan los lugares que ha visitado la familia, pero eso sí todos juntos.

¿Por qué dejaron su país natal?

Por la inseguridad. Lo que más me gustaba cuando llegué era ver como funcionaban los cuerpos de seguridad. La policía de argentina es corrupta, cuando te paran tienes miedo de que te roben. Recuerdo una vez ir con mi padre y una agente pedirle para un café, demandó el documento y mi padre le pasó un billete debajo.

¿Cómo fue el trámite de obtener el permiso de residencia?

El proceso de conseguir los papeles, es muy duro, horrible. Iba por la calle y me sentía el bicho feo. Me llevó unos 6 meses tener toda la documentación en regla. Dependiendo de la nacionalidad tardas más o menos tiempo. Mi marido vino con la nacionalidad argentina y no tenía posibilidad de conseguir los papeles hasta los 3 años de estar viviendo aquí. En mi caso tengo la nacionalidad suiza por mi familia. Al poco tiempo de vivir en España, Suiza empezó a tener trato comunitario. Así pude conseguir la residencia como cualquier europeo. Fue sencillo de hecho, lo hice desde casa.

Aunque nunca hemos tenido barreras por ser extranjeros, los obstáculos están siempre para todos. En ese sentido acá nunca hubo problema ni para alquilar casa, ni nada. Cuando decíamos que éramos extranjeros, la gente nos decía: ‘no ustedes son argentinos’, nos tienen bastante cuidados.

La vida laboral de una emprendedora

Zapico en su negocio. Foto por Carmen Blanco

He trabajado en cafetería, restaurante, recepción de hotel. Fui jefa de recepción en una cadena muy buena y lo dejé porque ya tenía la segunda peque, me demandaba mucho tiempo. El negocio que había empezado Juan funcionaba bien y me fui con él. He ganado calidad de vida porque he ganado horas para mí y puedo dedicarme a las niñas, pero el negocio es un hijo más.

El autónomo no tiene vida, se la pasa detrás del negocio y de los impuestos. No tiene jefe, pero tiene al gobierno, al dueño del local…

A mi tener un negocio no es lo que más me gustas, mi ideal sería un bed and breakfast en el medio de la montaña perdido, daría habitaciones y vendería tartas. Pero con un negocio propio puedo conciliar mucho mejor el trabajo con la familia, que si dependo del horario que cada semana me pongan en un hotel. Era complicado cuando tenía que irme a las 11.00h de la noche y la peque aparecía llorando por el pasillo: ‘mami no te vayas’, pero son condiciones de vida que a todos nos tocan.

El día que hablamos con Silvina Zapico lleva botas de nieve y ropa de abrigo, es domingo por la tarde, la familia ha ido a disfrutar de la montaña, pica un poco el hambre y pedimos unas hamburguesas al burguer. Son gentiles y cercanos, no dejan que pases hambre o sed, a la que se acaba mi cerveza a parece otra. Un bidón de gasolina, pintado y tematizado con las insignias de un club motero nos hace de mesa, suena buena música rock y cada rincón de la estancia tiene algo que contar.

Muchas veces me quiero dar cabezazos contra la pared, pienso; ‘esto no es vida, me quiero morir, trabajo con mi marido’, (hace una mueca burlona y se ríe). Yo trabajo cara al público, recibo a los alemanes, ingleses… y Juan con la reparación, que ha ido ampliando poco a poco, por ejemplo, con la introducción de microscopios específicos. Mi marido tiene su base de electrónica y la parte del software, los problemas informáticos son míos. Porque a veces pasa más por empatizar con la gente, ayudarle a reparar la aplicación o lo que toque.

¿Cuándo pudieron regresar a ver a la familia?

Regresamos al año y medio a ver la familia, pero luego entramos en una vorágine económica de cambios y negocios, pasamos diez años sin poder ir.

Ahora puedo ir con más frecuencia, aunque es difícil porque somos 5 personas. El año antes a la pandemia tuvimos un acontecimiento importante, mi hermana tuvo su primer hijo y fuimos las chicas a conocerlo en un viaje relámpago de dos semanas.

Todavía no han pasado una Navidad en familia, pero tienen planeado ir para agosto en el cumpleaños de la hija mediana, aunque con las nuevas circunstancias puede que demore hasta diciembre.  Tienen la tradición de celebrar la fiesta de quinceañera, y este año le toca a Sofía, la hija mediana. Zapico muestra fotos de la tarta que su madre preparó para la quinceañera de su hija mayor. El pastel está compuesto por tres pisos blancos inmaculados y unas mariposas blancas que trepan como una enredadera.

Toca despedirse de esta historia, esperemos que hayan disfrutado de las palabras de Silvina Zapico. Hasta el próximo domingo.