Fran: familia, feria e igualdad
- 23 de diciembre de 202223 de diciembre de 2022
- por Melanie Lupiáñez
Mendes es más roquetero que yo y eso se nota en que ha ido a colegios e institutos del pueblo, que conoce a la gente del barrio que pasa a saludar mientras hablamos y en su acento, el acento es muy importante te ubica geográficamente.
“¿Tú eres español, me refiero has nacido aquí?” Le pregunté cuando lo vi por primera vez, él sonrió y afirmó pacientemente, mientras una pequeña mano me aproximaba una ficha para la atracción, sostenía a su hija mayor en los brazos. Me fui pensativa porque es noticia que un hombre negro sea feriante, pero sonaba muy racista. Entonces vi que era el sueño americano hecho en Almería, es decir la igualdad de oportunidades para todos los individuos.
El día acordada el feriante estaba con su sobrino Ángel en la pista de coches de choque para niños que su suegro compró para ellos cuando él y su pareja Isabel se casaron. Miraba a Fran que respondía a las preguntas de forma escueta, me decía: “pregunta si tú estás acostumbrada a esto…”. Si este man supiera el nudo que yo llevaba porque me sentía tan racista al señalarlo como el negro feriante. La discriminación por definición es excluir a un grupo por una característica que los homogeneiza, por ejemplo excluir por edad, por color de piel, por sexo, religión. Fran me dio claves que no habría ni soñado, como que el boxeo encauza la vida.
“¿Tú eres de aquí de toda la vida?” Me pregunta Fran y respondo un “claro” alargando la “a” como buena almeriense, él se queda sorprendido porque mi cara no le suena de nada. Gracias a mi memoria de elefante conseguí ubicarlo en el Puerto de Roquetas, era el sitio donde íbamos todos los adolescentes a tomar café, además hablé de un carismático conocido en común, Lamine Sarr, soberano personaje roquetero.
Su nombre completo es Fran Mendes, sus padres vinieron a esta tierra desde Guinea Bissau y él nació aquí en el año 1995, fue al colegio Juan de Orea y al instituto Turaniana. Era mal estudiante, pero tenía un precoz autoconocimiento sabía que si seguía el camino académico iba a malear, así que a los 13 años pidió trabajo en la feria con la hermana de quien ahora es su suegro.
“Ángel tú aquí al lado mía, te quedas con el Tito Fran” yo sonrío toda feliz por fuera y por dentro, porque me están pegando campanazos los prejuicios en la cabeza al ver a un niño blanco con un tío negro, me emociona la calidez del ser humano.
¿Cómo conociste a tu mujer?
Yo la conozco de siempre, era un sinvergüenza pero me metí a trabajar en la feria y ahí la conocí. Me puse a trabajar con su tío, entonces conocí al hermano de mi mujer que es un año mayor que yo y así.
Ella es más grande que yo… cuando me puse grande, fuertecico, chulito, ya se fijó en mí, empecé a rascar.
Creo que son de esas personas que se merecen una cámara porque es difícil expresar con palabras la cara que pone cuando habla de Elisabet, yo quería hablar con ella para escuchar su versión de la historia, porque siempre recuerdo a mis abuelos paternos cuando contaban como se conocieron y siempre tenían esa chispa en los ojos, la misma que vi en Fran.
Ya le tenías el ojo echado
Buah, de toda la vida, tenía 13 años cuando la vi. Cuando eres más pequeño se nota el tamaño, empezamos a salir cuando yo tenía 21 años.
Para ti era la hermana guapa de tu amigo
Claro, era una muñeca
Toma su Instagram me muestra fotos, son una familia muy guapa.
Empecé a trabajar en la feria a los 13 años, no quería estudiar, yo era un guerrillero. Sabía que en el instituto iba a ser un sinvergüenza y me puse a trabajar en la feria. Yo sé cómo yo soy.
¿Con 13 años qué hacías, apretabas tornillos?
Eeeeh, TRABAJAR, y esto es duro, pero lo prefería a estar estudiando. Era flaco, flaco, chiquitito, pero los convencí para que me metieran a trabajar, me probaban, me metían caña a ver si me iba, pero no. Soy muy duro para el trabajo.
¿Cuántas horas echabas de chico?
No había hora, aquí no hay hora. Imagina el último día de feria, terminas a las 6 de la mañana, desmontas y tienes que ir a otro pueblo, montar y abrir. Hay ferias que no paramos.
Bueno entonces tú te tenías a los suegros camelados
Estaba con la hermana de mi suegro, pero me conocían, saben que puedo ser muy guerrillero con otros niños, pero con las personas soy muy educado. Mi suegro es franquista a tope pero mira le he dado unas nietas que ha flipado, guapísimas, está que no caga con ellas.
Yo me río y él dice: “es verdad”, no lo dudo lo más mínimo, es que su sinceridad sin filtros me llega al corazón.
La feria es muy familiar
Claro toda esta feria es de mi suegro, nosotros nos hemos casado y nos ha dado un negocio, compró una atracción a cada uno de sus hijos cuando se casaron. Mi cuñada tienen una hoya, mi cuñado una rana, la otra cuñada un espectáculo de té.
Hacemos recorridos por Almería, Granada y Murcia. La feria de la Navidad que tenemos aquí es para no estar parados, la llamamos plaza muerta porque se hace poco. En la feria el hombre y la mujer van siempre juntos, aquí no se puede hacer trampa.
¿Cómo empezaste en el boxeo?
Yo era muy peleante, quería pelear desde pequeño mi padre me llevó a Almería buscar gimnasios pero como era pequeño no podía ir solo todos los días en bus para Almería. Uno de mis amigos fue al reformatorio de Los Molinos y allí conoció a Blas, un guardia del centro, quien le dijo a mi amigo que yo fuera con él a pelear.
Empecé a boxear en el gimnasio Gladiator que está en Las Losas a los 18 años, después estuve en un club de Roquetas que ahora está en Rumanía y por último en el Speedy Buda de Aguadulce. He competido en todas las categorías desde peso wélter, medio y semipesado, tenía que subir cada año de peso porque me hacía grande.
Tu padre hizo una buena estrategia al apoyarte
A él siempre le ha gustado que yo peleara pero fue la forma de encauzar que no estuviera por la calle. Siempre he competido en Almería pero nunca he querido salir de aquí.
Podías vivir del boxeo
No, en España no vives del boxeo. Y mira ayuda mucho, si no hubiera estado apuntado a las peleas quizás habría acabado en la cárcel. Antes si uno me miraba mal, podía pelearme con él y no medía, pero con el boxeo sabes hasta dónde puedes llegar. Te controlas más, si te dicen algo te lo piensas, como qué voy a ganar haciéndole algo a este. Cambia mucho y cuando tienes hijos más.
¿Tu madre se llevaba las manos a la cabeza?
A ella no le gustaba, creo que no ha venido nunca a verme, puede que terminando la pelea. Mi padre sí, él a veces me decía que no peleara más, porque sales reventado. El empeine hinchado de los golpes, la boca, al siguiente día te duele todo.
Nunca tuve lesiones fuertes porque tenía cuidado, pero te puedes hacer mucho daño.
Tienes dos hijas, imagina que la mayor te dice que quiere ser boxeadora
No, no. La puedo entrenar, puede aprender, cualquier cosas, pero no me gusta que peleen, mi hija no.
¿Y si fuera un niño?
Y… y no. No porque sé lo que se sufre y no me gustaría ver a mi hijo sufrir.
Entonces ¿qué te lleva a querer retomar el boxeo?
Porque me gusta, es algo en mi cuerpo que aaaah, me encanta.
Fran me echa la mano por encima del hombro y señala a dos mujeres que están cerca de nosotros entonces dice guasón: “mira mi suegra inspeccionando está diciendo: ¿quién es esa mujer?”.
¿Cómo pasasteis la pandemia?
Puf, la primera feria que hicimos fue la de Retarmar, estuvimos casi dos años parados. Durante un tiempo trabajé como seguridad en esta moda que hubo del cáñamo en San Agustín, trabajaba muchas horas y mi mujer estaba sola con la pequeña que acababa de nacer, ella lo pasó mal.
El siguiente paso de este almeriense es sacarse el permiso de conducir de los trailers para llevar de un pueblo a otro su propia pista de coches de choque. He cogido el dato a grabadora apagada cuando hablaba con unos amigos y decía orgulloso que esto era suyo, que los jefes no tienen horarios.
Me fui con la sensación de haber conocido a alguien que tiene las cosas claras en la vida, sin prejuicios, sincero y familiar. Por supuesto no me libré de que me cayeran su ronda de preguntas en cuanto a mi estado civil y maternidad, también enviamos un vídeo a la tía Merche, la representante de los feriantes en aquella primera apertura después de la cuarentena en el ferial en agosto de 2021 que casi acaba conmigo a vino dulce, Dios sabe de qué material la hizo pero Fran coincidió conmigo en que es incombustible.
“Suerte y que te salga todo bien”, se despidió mientras levantaba su mano.