«Una parte de mí se siente discapacitada, por eso…
- 2 de agosto de 202129 de noviembre de 2021
- por Melanie Lupiáñez
Mariela es grande en el sentido amplio de la palabra, sus 20 años en España no se han llevado la cadencia del acento de Mar de Plata. Bajo su gorro blanco de chef escapan algunos mechones cortos rubios y canos, de mente inquieta con alma bondadosa, un ojo en el negocio y una mano tendida a quien la necesite. La toalla de playa que su padre le llevaba cuando visitaba a la familia en La Huelga (Sorbas), llevaron a esta española nacida en Argentina a tenerlo claro desde el parvulario. Su destino era Almería.
Cuando terminé de estudiar en la escuela de cocina de Mar de Plata vivía en Tierra del Fuego, donde acaba el mundo, 20 grados bajo cero se los aguantan ellos. Me vine para Almería de visita porque aquí vivía mi familia. En 5 días tenía trabajo, todo fue fácil porque tenía la nacionalidad española por parte de mi papá. Él ya no está pero venía a ver a la familia. Fue uno de esos españoles que se fue en barco en la primera mitad del siglo pasado. A día de hoy, tengo a 3 hermanos de mi padre que llevan 30 años aquí.
El desembarco en tierras almerienses no fue complicado, los retos vinieron después, cuando ya te sientes de aquí y el destino se encapricha con tener una conversación obligada. Fruto de ello es La Ramona, su buque insignia en el centro de Almería; un negocio y taller gastronómico que sitúa a la empanada argentina en la cumbre de su ser. “En pandemia estuve cerrada 180 días. En ese tiempo solo hice 900€, no llegaba para nada. Si la Ramona no hubiera nacido nos hubiéramos tenido que marchar.”
La Ramona nació hace 9 meses, hay dos empleadas trabajando, una es Micka y la otra María. El negocio marcha al ritmo de 30 kilos de cebollas picadas en 2 días para hacer el relleno de las empanadas. Un riguroso Glovo y Just Eat son los ejes centrales sobre los que se sostiene el negocio. Un impulso que, en estos tiempos, solo lo permiten este tipo de plataformas.
“María es una chica con discapacidad intelectual que viene unas horas por la mañana. En ‘Tu Chef talleres’ hemos estado volcados a dar clases de cocina con las personas con discapacidad intelectual; hemos trabajado con muchas asociaciones almerienses, como Salsido, A toda Vela, Dárata…”
¿Conocía a alguien con discapacidad?
Mariela contesta con sus ojos claro helados en una sincera emoción, “es porque en una parte de mi vida me siento discapacitada también”, una pausa leve introduce unas palabras que tiemblan entre sus labios: “porque a veces me faltan algunas capacidades. Entonces creo que es incluirlos, hay gente muy valiosa y que puede hacer más de lo que nosotros pensamos”.
A María la conocía porque durante 3 años estuve haciendo talleres en la ‘Asociación a Toda Vela’. Ella es una chica muy tímida, habla poco o nada, tiene grandes capacidades y hay que saber afinárselas también. Peló entre ayer y hoy casi 30 kilos de cebolla, medio llorando. A ella le sirve, pero a nosotros nos sirve más, ella necesite incluirse en el mundo laboral, ahora está de prácticas, pero si todo va bien… Todo es práctica, necesita coger rapidez, esto no lo va a hacer en su casa.
¿Cómo llegó Micka?
En Navidad estaba a tope y necesitaba a una argentina que me ayudara con las empandas. Tenía que ser gaucha, que al menos hubiera hecho empanadas en casa, porque no tenía tiempo de pararme a enseñar a nadie cómo se hacían los repulgues. Así que la busqué por grupos de compatriotas en las redes sociales. Hacía solo un mes y medio que había llegado a España, después de la cuarentena, vinieron con una mochila de 8 kilos porque si no salía bien volvían. El azar les brindó una oportunidad y se quedó en Almería, una ciudad la cual no sabía ni situar en un mapa.
Desde el otro lado de la barra de silestone Cosentino, su empleada Micka prepara empanadas a una velocidad pasmosa. Los pequeños bocados son en apariencia argentinos pero algunos llevan el corazón almeriense, como la chef que originó los rellenos. Aunque el local ha cambiado, “usurpado por La Ramona” guarda el encanto de lo que antaño fue escuela de cocina para niños. La cocina es amplia y se dispone a la vista desde el mostrador. Para el ojo observador, una fotos de Mar de Plata y el pueblo donde los progenitores de Mariela se conocieron, la unión hispano-italiana de la que nacieron dos hijos trasatlánticos, la reminiscencia, las raíces, los orígenes que se encuentran bajo el amor de un fogón.
«Como me dice un hermano que me queda en mi patria, soy más española que Colón. Amo Almería desde que era chiquita.» Nuestra protagonista esboza una amplia sonrisa, una de esas que al ser fotografiadas inundan no solo un primer plano. Y es que tras el devenir del tiempo, surge el sentimiento irreparable para tantos migrantes…
El corazón se te convierte en trasatlántico, ¿cierto?
Sí, porque mi mamá está del otro lado y mi hermano. Si el año que viene se puede, en enero después de las fiestas, voy a ir. Mi abuela tiene 92 años y la quiero ver.
Había que salir por algún lado, la idea de las empanadas venía dando vueltas desde hace tiempo. En 2019 desde la cocina del Mercado Central trabajó junto a las actividades gastronómicas impulsadas por el Ayuntamiento de Almería, quien gestiona ese espacio. Aunque la chef recuerda que fue en el 2018, momento en el que Almería era candidata a capital gastronómica, cuando se encargó de su gestión. «Con ‘Tu Chef’ talleres de empanada, hemos estado en Fitur, Salón Gourmet, Andalucía Sabor…», explica la argentina con entusiasmo.
¿Por qué ‘Ramona’?
Este lugar es tu Chef talleres, pero Ramona le ha usurpado el sitio. Se llama así porque el nombre me parece muy español y porque cuando era pequeña en mi ciudad había una señora que se llamaba así y hacía empanadas. En cuanto al marketing es un nombre muy español, fácil de recordar, leyendo, consultando con amigos que se dedican al sector publicitario, mirando por redes sociales, así surgió este nombre con fuerza.
Durante estos 6 años de ‘Tu Chef talleres’, ¿cuáles han sido tus mayores logros?
Ha sido duros, sobre todo al principio porque el almeriense le ha costado el concepto. Para los niños no, para ellos ha sido brutal, hemos hecho muchos cumpleaños en el taller y en casas, talleres en colegios, nos hemos desplazado mucho. El boom aterrizó cuando la ciudad consiguió el galardón de Capital Gastronómica. «He estado en todos lo jaleos. Mi empresa hacía actividades en la sede de Almería gastronómica que se puso en el Paseo de Almería, íbamos a Madrid, vino Máster Chef…»
Desde el 2015 hago la feria de gastronomía de Almería, Concurso de Gastronomía almeriense, ahí hablé con el Ayuntamiento para hacer un concurso para niños. Al año siguiente organicé el concurso de adultos y niños, ahí cambiamos el lugar donde se celebraba el concurso. Todos los días a parte del concurso se hacía un show cooking para que la gente viera cómo trabajaban los cocineros de aquí. Revolucionamos esa parte de un concurso gastronómico de tres días en el ferial a un concurso y feria gastronómica durante toda la feria de Almería con más vista en el paseo, más glamour. Aunque sea un estrés a tope es lo mejor que he podido hacer, es mucha responsabilidad, pero es para la ciudad.
¿Y en todo este tiempo cuál es el chef que se ha convertido en admirado?
Sus ojos azules se prenden y en la diminuta mesa que nos separa sus brazos se extienden en un intento de agarrarme con fuerza para que le preste la máxima atención. “Ángel León, soy fan, tuve la oportunidad de conocerlo en una feria De Gusto de Huercal-Overa. Por allí pasaron Paco Torreblanca, Samantha Villar, la ‘creme de la creme.”
Esto es un no parar. Mariela, ¿hay límite?
No, no sé si hay tope, hace dos años y esto lo digo con orgullo porque me salió por contactos y poner la cara, que participo en el evento solidario de Marbella Chef for Children. Se celebra en el hotel Montero 5 estrellas, donde invitan a 30 estrellas Michelín, van todos y yo. Me toca hacer la parte de los niños, los chefs son el anzuelo, para esa cena de gala benéfica. 150 niños participan en los talleres de cocina de los laureados chef, son elegidos a través de un concurso de dibujo que se celebra meses antes en los colegios de Marbella. Mariela coordina las actividades de los maestros cocineros con los infantes.
Es el tema del momento, siempre recurrente y socorrido para los que hacemos este trabajo de plumillas pero, verdaderamente, quiero ir más allá. No quiero despedirme de esta fuerte mujer sin ver cómo reacciona a su corazón. ¿Sacaste algo positivo de estos tiempos de pandemia?
Durante la cuarentena, la argentina junto a un grupo de 11 cocineros más estuvo cocinando para Cruz Roja Almería, «cuando llevaba la vianda de medio día me di cuenta de la falta que había. Eran familias normales que se habían quedado sin trabajo y no tenían ni para gel en la ducha. Vino mucha ayuda y pedimos que reforzaran porque un adulto aguanta con un café, pero a ver cómo le explicas a un niño que no hay para cenar». La sensibilidad de Mariela se dispara, se le entrecorta la voz porque, tal vez, son esos momentos los que te hacen sentir afortunado, o por lo menos, como dice el dicho: ‘jodido pero contento’.
«Fue una sensación muy dura, no la olvidaré jamás. Venía al local en bicicleta a regar las macetas y era una sensación de que la ciudad estaba muerta. El COVID me ha parado mucho profesional y personalmente, ha sido la primera vez en 20 años que he tenido que pedir un crédito y gracias porque estamos vivos.»
Es justo mencionar que los comienzos vinieron rodados aunque sí fáciles de asimilar. Al final todo es organizar una receta sencilla, práctica y dinámica para que los niños puedan manipular y prepararles un kit, cada uno debe tener su espacio con su plato, su cuchillo… En la calle hay que hacer recetas muy sencillas, porque no hay medios. En la Plaza Vieja era armar una brocheta con chocolate, pero los niños se los pasaban de muerte.
¿Tienes algún otro proyecto entre manos?
En realidad, ahora podríamos hacer esta parte de talleres con mínimos, pero estamos parados, solo hemos reanudado la actividad de talleres de Roquetas en el Mercado Central. Desde hace tres semanas todos los martes trabajamos en Roquetas con personas mayores en talleres.