Originem

“Conocí el término tercermundista cuando llegué a España”, dice…

Pierina Inciarte

El desafío de la hoja en blanco, el reto de poner en palabras imágenes y emociones, el precipicio de asomarte a la vida de otro y verte. Pierina y yo hemos nacido a 7 años y un océano de distancia, el contexto sociocultural en el cual crecimos ha sido diferente, sin embargo la carencia nos une. Todos esos mantras limitantes que te llevan a conformarte porque no mereces más, no mereces una relación de pareja sana, no mereces un sueldo digno, no mereces lo bueno que te pase en la vida. 

“Hace 4 años que vine a España para mí era algo impensable, como un quiero ser princesa” expresa la venezolana a la vez que sonríe cuando recuerda la sorpresa y el impacto en cuanto al choque cultural.

¿Qué puedes disfrutar en España que en Venezuela era impensable para ti?

El comerme una fruta y saber que me la puedo permitir, que puedo ganar un sueldo y pagar mi alquiler, mi comida, que la inflación no se va a disparar. 

He sido muy pobre y he vivido con esa carencia, te queda como un trauma de que eres egoísta si te permites un lujo, porque el lujo te lo das tú en lugar de mandar ese dinero a la familia, no te sientes merecedor de eso. Es algo con lo que a día de hoy lucho, pienso si subir una foto en las redes sociales porque mi madre no lo puede disfrutar. 

Mira su café y dice: “antes no disfrutaba de tomarte un café con una galleta porque tenía que preocuparme por qué iba a comer en la noche. Hay una anécdota que siempre cuento y no mucha gente me la cree, cuando era pequeña mi padre me puso caucho de los neumáticos en los zapatos, porque no tenía zapatos” y exhala una de esas risas que vienen a decir: puta vida.

Pierina Inciarte es originaria del estado de Zulia donde su población vive con 2157 dólares al año. Los venezolanos encabezan la lista por abajo de los a países con mejor nivel de vida del mundo. En esta situación salir del territorio es muy difícil, por lo costoso de los billetes, casi el sueldo de un año de trabajo. Pero con mucho esfuerzo y trabajo duro en Colombia, Pierina consiguió el estatus de refugiada política y pagar los pasajes para ella y su hijo pequeño, Milán. 

¿Cómo conseguiste el asilo político?

Es una oportunidad que me dio el padre de mi hijo quien había sido militante de la oposición política durante su época universitaria y nos puso en su asilo a Milán y a mí.

Al principio uno se cierra porque no acepta que está en otro país, estoy sola en España, no tengo a mi familia y hay momentos… 

Es curioso, dice y, agarra una mano con otra mientras se mira los dedos, “conocí el término tercermundista cuando llegué a España. Aquí somos más abiertos a la diversidad de género, el respeto a la personas, los niños, me siento más identificado con esta mentalidad. De donde vengo el hombre tiene que mantener todo, la mujer solo plancha, cocina… Defiendo la igualdad entre hombres y mujeres, pero no voy a buscar un compañero de piso, sino un hombre que me apoye”. 

Viví una relación muy tormentosa con el padre de mi hijo fue mi primer novio, desde los 15 años. Una siempre piensa que la situación va a mejorar, los latinos tenemos esa educación de que hay que aguantar por la familia, pero llegué a pesar 35kg, tenía anorexia, parecía la hermanita de Milán. Ahora lo pienso y no sé, estaba ciega de amor por ese hombre. 

¿Cómo conseguiste salir de esa situación tan dañina?

Con palabras sencillas, Milán me decía: ‘mamá no estés triste’, él tenía 3 años. Después de la cuarentena di un paso adelante aunque tenía mucho miedo. El miedo es lo peor, no te permite avanzar, tenía miedo a fracasar a volver a casa de mi ex con el rabo entre las piernas como un perrito, tenía miedo a no poder hacer frente al alquiler…

¿Qué le dirías a alguien que estuviera en tu situación?

No le diría nada, porque nosotros necesitamos sentir ese dolor tan grande para poder soltar. 

Y así fue que un día mientras me hacía la manicura conocí a una referente. La mujer que tenía delante me dio una lección de vida difícil de olvidar. 

Pierina trabaja en el salón de peluquería y estética California Colours de Roquetas de Mar, sus pulgares no tienen hueso, pero jamás ha ido al psicólogo por sus dedos, ella dice: “está en uno mismo saber que puedes hacer todo”. 

Tenía 20 años cuando llegó a su segunda casa y no sabía ni lo que era Cruz Roja, o el Instituto de la Mujer, pero trabajó muy duro, jornadas laborales ilegales e interminables  por su situación irregular y de necesidad. Pierina asegura que de esta forma aprendió a valorar el trabajo, a ser muda, sorda y ciega para los clientes y la excelencia en la manicura. 

Como madre aplica el método Montessori, así que no importa si Milán lleva las botas de fútbol del revés, es su aprendizaje. Su cara se ilumina cuando habla del pequeño, ese niño tan empático y cariñoso por el que sacrificó los estudios universitarios, las salidas a la discoteca con las amigas, por quien lucha para que viva sin carencias con una autoestima sana y fuerte. 

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

almería

Los roqueteros viajan de acuerdo a la campaña agrícola

Javier Morón, gerente de Viajes Roquetour

Javier Morón es un virgitano que tuvo el privilegio de estudiar en Madrid en los años 80 cuando la mayoría de las familias del poniente se dedicaban a la agricultura. Se trajo de la capital el título de turismo y el ímpetu de la juventud hasta la Urbanización de Roquetas de Mar donde encontró su sitio como director de los Hoteles Playa.

En aquella época Rosell, el fundador de la famosa cadena hotelera Playa, llenaba y vaciaba los alojamientos en el mismo día, una proeza empresarial y un sobresaliente para los empleados que lo hacían posible. Los turistas llegaban desde Alemania, Bélgica, Holanda… Y traían el lujo a un pueblo que no llegaba a los 30.000 habitantes.

Mis recuerdos de la Urba, como la conocemos los roqueteros, empiezan en 1994. Recuerdo cómo flipábamos con aquel sitio novedoso, lleno de hoteles y casas bonitas rodeadas de jardín.

Vivía en un piso del centro cerca de la desaparecida Discoteca del Castillo, y cenar en Toscana era el privilegio del domingo, para aquel día reservaba una ropa, unos zapatos y un cacao de fresa que subía el colorcillo de los labios. Mi padre nos subía a toda la familia en la furgoneta, a quien le tocara en la caja se agarraba como podía y si había algún calabacín lo apartaba, nos dábamos unas cuantas vueltas por aquello que considerábamos un sueño lejano y que con mucho esfuerzo hemos conseguido, la historia de tantos en esta tierra de legañosos.

Aquella tarde de charla con Javier dio para refrescar viejos recuerdos, para aprender bastante de geografía y darnos cuenta de cómo Internet ha cambiado nuestras vidas. Para mí, este hombre es un referente de los viajes en el pueblo, siempre hay colas en la puerta y antes del COVID en dos de los tres mostradores despachaban africanos a los cliente por el bienestar y la comunicación con los viajeros.

El COVID ha cambiado las reglas, el empresario ha tenido que reducir todo al máximo y ahora él solo saca adelante todo el volumen de negocio, la agencia de viajes Roquetour. Javier estima que al mes lleva unos 350 pasajeros. “Yo no soy empresario, también soy trabajador porque atiendo a los clientes, limpio la oficina… Eso de quedarme en el despacho de dentro y decirle a la gente lo que tiene que hacer no me va. Durante esta crisis no me fui a casa ni un día, venía a la oficina, recuperé la normalidad entre comillas por las restricciones y la bajada de los ingresos”, dice Javier.

¿Qué ha sido lo más cumbre?
Pues cuando en marzo de 2020 dieron la orden de encerrarnos a todos en casa tenía a unas 400 personas repartidas por el mundo. Tú imagínate, toda aquella responsabilidad porque yo acompaño al cliente en todo momento, mi móvil está disponible 24 horas por si hay algún problema.

A parte de todas las reservas que tenía hechas…

A lo largo de tu vida como autónomo…
Al principio fue muy frío porque no tenía ni idea de cómo funcionaba una agencia y comencé con una franquicia que resultó ser un engaño. Hasta que pudimos salir adelante, estábamos mi expareja y yo al frente del negocio.

He llevaba a los roqueteros a muchas partes. A principios de los 2000, esto no era tan sencillo como ahora que gracias a Internet en cualquier momento puedes buscar un vuelo. Primero, al principio de todo se sacaban los vuelos por teléfono, después vino una máquina con la que hacíamos los billetes a mano, la ‘bacaladera’. Un paso más adelante fueron los talonarios… Mira este billete de 2007 a México, costó 3000€, esto no es cualquier cosa.

La gente de nuestro pueblo viaja con las campañas agrícolas, esto depende de los invernaderos. Y claro que a lo largo de los años todo ha cambiado, la forma de hacer las cosas, la gente. Atiendo a muchos africanos, para los primeros que venían a la agencia era un impacto porque había quien no sabía ni qué era un calendario, igualmente los tenía que atender. He visto crecer a muchas de esta gente, a sus hijos e incluso a sus nietos. Hay cosas duras como ver a hombres que han sido portentos totalmente hechos polvo del trabajo duro que se hace aquí.

Hoy que hablamos de los orígenes, de volver a nuestros inicios debo decir que me emociona ver cómo Javier se levanta presto a por todas las máquinas con las que ha emitido billetes a los largo de casi 25 años. La agencia de viajes viajes Roquetour guarda un pedazo de la historia de la movilidad humana de cuando los billetes de avión eran un documento tan importante que un auditor verificaba que aquel lugar era fiable para emitir un documento legal e intransferible. Las taloneras de billetes internacionales y nacionales que han enviado a habitante de nuestros pueblo a lugares tan lejanos como Macao, apodado como Las Vegas de Asia.

Un secreto de agencia es que tienen algunas ofertas únicas para sus establecimientos, dominan el programa madre donde se inscriben todos los vuelos del mundo Amadeus. Contar con Javier es no calentarte la cabeza para planear un viaje y asegurarte que todo salga bien.

Cuba

Yuca con mojo al estilo cubano

¿Se acuerdan de esa famosa canción de Celia Cruz llamada ‘Sazón’? Les pongo en contexto: “Yo le pongo sazón, yo, yo le pongo sazón. Yo le pongo sazón, a mi negrito le pongo sazón.” Pues así quiero presentarles el plato de esta semana: Yuca con mojo, con su sazón y todo. Una de las mayores bendiciones de la comida cubana y criolla que deleita a todos aquellos que la prueban.

Este tubérculo se puede comer como entrante o como una perfecta entrada. Aunque hay que informar al lector que, el cubano tiene la costumbre de comer todos los alimentos en un mismo plato: el bistec de puerco, la yuquita con mojo, el arroz congrí y el aguacate. ¡Vaya mezcla más deliciosa!

La yuca, también conocida como mandioca, es originaria de América del Sur y probablemente fue cultivada por primera vez en Brasil. Su lugar de origen está en debate, ya que existen evidencias arqueológicas del cultivo de yuca repartidos por varios países de América Latina. Ha sido el tubérculo principal cultivado en Cuba desde la época de los taínos, el pueblo indígena del Caribe. Y, los platos a base de yuca son imprescindibles en las mesas en Navidad, Año Nuevo y cualquier otra festividad importante.

¿Y saben lo mejor? ¡Qué se puede consumir todo el año! Así que ya me imagino a nuestro farmacéutico cubano-roquetero, Rychard Z. Ayarick, recetándo esta deliciosa guarnición a todo aquel que necesite ese poquito de sazón a su vida. Alegren los corazones, familia Originem, que comenzamos con la receta.

Ingredientes:

  • 2 raíces de yuca medianas
  • 1 cebolla blanca pequeña , picada
  • 2 dientes de ajo
  • 2 naranjas amargas , exprimidas (o 2 limas y 1 naranja, exprimidas)
  • 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de cilantro fresco picado
  • Sal

¡Manos a la olla!

  • Lave muy bien la yuca y pélela.
  • En el centro de la raíz de la yuca, hay una línea de fibras que debe eliminarse porque es muy amarga.
  • Corte la yuca en trozos bastante grandes y colóquelos en una olla grande de agua con sal.
  • Hierva durante 20 a 25 minutos o hasta que la yuca esté blanda (igual de blanda que una patata hervida) y escurra.
  • Cuando la yuca esté terminada de cocinar, en una sartén, caliente el aceite de oliva a fuego medio.
  • Añada la cebolla picada al aceite de oliva y fría hasta que estén dorada y crujiente.
  • Agregue el ajo y luego agregue el jugo de los limones y la naranja 2 minutos después.
  • Para servir, coloque los trozos de yuca cocida en un plato o tazón.
  • Vierta la salsa sobre la yuca y agregue los chicharrones fritos rallados o picados (opcional).
  • Decore con cilantro picado y añada sal al gusto.

La sabrosura final:

Para darle un toquecito más auténtico, cómanlos con platanitos fritos y añadan un poco de chicharrones. Esto siempre será un acierto.

¡Bon profit! Que a nosotros nos gusta hacer pero también que nos hagan… ¡Recetas! Nos vemos en la siguiente.

Europa

“Si no puedes tener un perro, compra un pez”…

Nuno Mateus en su consulta de Vet&Pet’s. Foto por Melanie Lupiáñez

En su consulta una bandera de Portugal y otra de España, casi por superstición las lleva consigo desde que tuvo el accidente de moto que cambió el rumbo de su vida y lo plantó en Roquetas de Mar, esa bandera de su tierra es su estandarte. Nuno Mateus es un tío peculiar, habla pausado y firme, consciente del dardo que lanza a cada palabra.

¿Qué consejo le darías a la gente que quiere tener una mascota?

Que no regale un perro, porque los juguetes se olvidan.

El centro se encuentra en la Urbanización de Roquetas de Mar y fue abierto el pasado octubre en plena pandemia. Este veterinario siempre ha tenido espíritu empresarial y mente inquieta. “Siempre he sido emprendedor, la única vez que he trabajado para otro fue cuando me vine a Almería”, dice Nuno.

¿Cómo os conocisteis?  

Su pareja, Encarna Martínez, se ríe y dice que le engañó. Un cruce de miradas cómplices y la sonrisa de oreja a oreja, “¿Se lo cuento?”, dice ella, él asiente y se ríe. “Como Nuno se apellida Mateus cuando fuimos a su pueblo en Portugal donde están las bodegas Mateus Rosé me dijo que todo era de su familia” … Él sigue vapeando, me mira, se encoje de hombros y se ríe. Se conocieron cuando Nuno fue a Murcia a hacer el máster de anestesia.

“Si no fuera por ella, todo esto no existiría”. Encarna interrumpe y dice: “peloteo” en un intento de hacerse la dura y no dejar que la emoción la invada. Entonces sigue Nuno: “no es peloteo porque no podría desarrollarme más, me da mucha seguridad en mi trabajo”.

Encarna es puro nervio, ella lleva la clínica y marca las directrices, pero esto que quede entre nosotros. “Nosotros trabajamos en equipo desde hace muchos años, nos entendemos perfectamente. Casi al mismo tiempo nos hicimos pareja y trabajamos juntos. Al final no hace falta hablarnos porque sabemos lo que necesitamos, a nivel personal y profesional. Eso es una ventaja cuando, por ejemplo, hay cirugías de accidentes que tienes que intervenir de forma rápida. El tiempo apremia”, finaliza la alicantina.

Encarna Martínez y Nuno Mateus en la puerta de su centro veterinario

 

¿Cómo fue que aterrizáteis en Roquetas?

Tuve un accidente grave con la moto en Orihuela, donde nos conocimos Encarna y yo. Decidimos que lo mejor era volver a Portugal, Vila Real, preferí recuperarme en casa cerca de los míos. Después de muchas cirugías, ahí hace mucho frío y busqué un clima más caluroso para mi recuperación.

Cogí un mapa, hice un redondel y mandé currículum en esta zona. Me llamaron de 2 sitios, me presenté a uno y decidimos venirnos a Almería con el coche lleno de cosas y dos niñas (una de 3 años y otra recién nacida).

La cosa al principio fue regular porque la dueña quería solo un cirujano, me limitaba mi progresión como profesional; así que a los tres años fue cuando di el paso y me animé a abrir nuestro propio centro. Hago cirugía de mínima invasión, videocirugía, desarrollos ortopédicos y todo lo que tiene que ver con traumatología. 

El centro Vet&Pet´s es puntero en cirugías e imagen. «Ahora estamos en la parte de desarrollar laparoscopia quirúrgica. Operar o castrar con solo un mini agujero es ya una realidad para los animales» a Nuno le brillan los ojos cuando lo cuenta. “Imagina, yo soy cirujano y hago extracciones toda la vida de la misma manera, es tan aburrido… Dejé el anterior trabajo porque necesitaba progresar y encontrar nuevas maneras que me motiven. Gracias a Dios tengo la suerte de hacer una cosa que haría gratis. Adoro mi trabajo». Ese amor por su profesión se destila en su centro de trabajo y en detalles como que recuerda el nombre del perro cuando le dices la afección. 

¿La profesión la llevas desde pequeño, te has criado con animales?

Sí, me he criado con animales. De pequeño hice unas tarjetas con mi nombre y profesión y se las daba a la gente y todo el mundo se reía de mí. En Portugal no se estudia veterinaria. Se estudia medicina veterinaria, los 3 primeros años son iguales a medicina, después haces la residencia y libro que defiendes ante un tribunal compuesto por 3 profesores.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Mis clientes viene con sus mascotas y dicen, tiene una mirada triste, algo le pasa y tienes que adivinar, es un trabajo de detective y por eso me fascina el reto.

¿Cómo fue dar el salto? ¿Al principio es duro encontrar financiación?

El primer hospital que yo abrí, que fue el primero en toda la región norte de Portugal, en el 99, la conseguí porque mi familia me ayudó con un préstamo y me avalaron. ¡Solo tenía 27 años y la mantuvo abierta por unos tres! El veterinario prosigue con habla pausada. Con el tema del divorcio de mi primera mujer tuve que vender y fue cuando me lie la manta a la cabeza y vine para España para hacer el máster de anestesia en Murcia. Anteriormente, ya conocía el país porque hice una residencia en la facultad de veterinaria de la UAB de Barcelona.

Siempre has tenido la parte empresarial muy presente… 

Tuve la “suerte” de montar un hospital enorme porque, después de la universidad, me reuní con unos grandes profesionales y formamos un equipo perfecto.

Nuno es de esos profesionales que saben de lo que hablan: «ya en el 99 poníamos prótesis de caderas a animales, cosa que ahora ya no se hace porque nadie lo paga. Siempre que trabajaba era para ser productivo con mi tiempo.»

Material y ropa específica para la realización de radiología veterinaria

 

La vocación siempre rondando en todo lo que te has propuesto, ¿verdad?

Yo estudié veterinaria para ser cirujano, no para ser un vendedor de tienda o vendedor de piensos”. Nos gusta ser muy puristas en el tema de enfocar nuestra profesión de manera pura y al mismo tiempo puntera.

Aunque hay que remarcar que nuestro protagonista es de espíritu inquieto y ha querido mostrar su saber hacer más allá del trato veterinario-cliente. Además del programa que tiene en la tv, el cual pronto volverá a las pantallas tras el parón sufrido por la pandemia; el portugués es colaborador de radio y se maneja con soltura dentro de las redes sociales. Un ejemplo es su canal de Youtube donde sube muestras de su saber en las cirugías que habitualmente realiza.

¿Creen que ahora hay mucha más conciencia con los animales de la que había antes?

Encarna toma el timón de la conversación. Sí, ahora ya todo ha cambiado. Ahora hay más conciencia pero más economía, la gente está concienciada y tratan a los animales mejor, intentan siempre que accedan a un mejor tratamiento. Además, nosotros tenemos muchos equipos aquí muy punteros en Almería, hacemos cirugías que nadie hace. Mantenemos red de contacto con otras clínicas que nos derivan casos y es lo que nos ayuda a ser nuestro objetivo y ser un centro de referencia en la provincia y alrededores. 

¿Cómo se logra manejar el tema de la competencia?

Lo bueno nuestro es que teníamos la cosa muy clara, sabía lo que quería, cómo estaba el sector y, de verdad, es que de momento nos está yendo muy bien. Hay que tener en cuenta que yo ya llevaba tres años aquí y conocía todo.

Intentamos separar nuestros servicios con los que ofrecen las otras clínicas, es una manera de tener una competencia más leal y que todos se necesiten. Esto aquí no ha sido fácil porque aquí no hay una unidad, los veterinarios van a lo suyo y no se fía nadie de nadie. En Portugal, cada uno tiene una especialidad y entre ellos se ayudan mucho. Trabajan entre compañeros de forma muy normal y mandar a los animales entre especialistas porque ellos se ayudan.

Es algo que sería mucho más lógico, evidentemente…

Exactamente, pero aquí en veterinaria todos tienen la sensación de que se van a quitar el trabajo unos a otros. Nosotros estamos especializados en cirugía e imagen.

Cuando los padres irradian esa vocación por su profesión, muchos hijos son capaces de empaparse de ese amor y convertirse en todo aquello que mamaron desde pequeños en el hogar. ¿Quién sabe? En la mayoría de ocasiones, es el alumno quien termina superando al maestro.

¿A vuestras niñas les gusta el negocio?

Muchísimo, les hemos tenido que hacer hasta disfraces de ‘supervet’ (superveterinarias). Un guiño que promete…

Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Originem

Los sabores hindúes en los paladares roqueteros

Laddi y su hijo Ravneet Singh en la barra del Spice Hut. foto por Carmen Blanco
Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Hasta la Urbanización de Roquetas de Mar llegó un día de 2016 un sij de India, Laddi Singh, acompañado por su familia. El propósito era abrir un restaurante de comida tradicional India en un pueblo donde hay censados 27 compatriotas. Pero contaban con la bendición de la comunidad británica, bastante numerosas en el núcleo urbano, además del hambre por nuevos sabores de la población local.

Gracias a sus buenos haceres en los fogones y a los votos de los comensales han obtenido la excelencia Trip Advisor durante dos años consecutivos. (Puedes reservar aquí).

Los deliciosos y coloristas platos del restaurante hindú

“Al principio nos decían que no iba a funcionar que por aquí solo había bares de tapas y que dónde íbamos nosotros con el restaurante. Además, yo nunca había sido camarero, siempre fui electricista, pero hablo con la gente, la invito a cerveza, y el cocinero es muy bueno. Ahora cada domingo vienen clientes de Almería y de todas partes, porque no hay restaurantes típicos hindús por aquí, pakistanís, kebabs eso sí”, cuenta el dueño quien a pesar de llevar 18 años en nuestro país se siente más cómodo en inglés.

El local es una pequeña parte de India a través de los 5 sentidos, las paredes son de colores, como las especias que aderezan la comida, a través de la televisión se ve y oye un canal de música tradicional, desde la cocina salen los olores que anuncian un buen paladar y si observas puedes ver cuadros de Khrishna o una estatua de Ganesha. En la pared del lateral; un cuadro del Taj Mahal y la distinción del público enmarcada se encuentran rodeadas por caminos de post-it de colores que portan los nombres de los clientes y la fecha de las reservas.

Detalle de la pared y las reservas

Spice Hut, la casa de las especias, un truco de marketing que podemos asociar a una conocida cadena de pizzerías. El electricista hindú siguió su instinto con la ayuda de un amigo chino, algo de ahorros y el apoyo familiar. “Todo estaba muy mal, lo arreglamos entre mis hijos y yo”, cuenta el hostelero.

Amrit (24 años) y Ravneet (20 años), son los hijos que trabajan en el restaurante. El mayor de los hermanos forma parte del equipo de cocina, mientras que el pequeño atiende las mesas. Los chicos fueron los primeros en venir a España, hace 8 años, después llegarían la madre, Charanjit Kaur (46 años) y la hermanita, Gurpreet Kaur (15 años). Cuando el padre obtuvo la nacionalidad después de 10 años de residencia necesitaba una nómina alta para traer a toda su familia, 900€ para la esposa y 300€ por hijo, no quedó otra que ir poco a poco.

Amrit Singh en la cocina del Spice Hut. Foto por Carmen Blanco

Todos los varones de la familia se apellidan Singh y las mujeres Kaur, estos nombres tradicionales hacen referencia a la fuerza de espíritu, leones y princesas fuertes. La razón es religiosa, esta familia es sij, una religión que surgió en su provincia natal, Panyab, en el siglo XV. Tradicionalmente los hombres dejaban crecer su barba, portaban un cuchillo, turbante y jamás se cortan el pelo. Su dieta es vegetariana y no toman alcohol, pero si vais por el restaurante veréis una cara mucho más actual.

¿Celebran la Navidad?

Tradicionalmente no, pero si vienen amigos al restaurante pues sí celebramos con ellos y tomamos algo por la noche. Nuestras fiestas tradicionales son Holy, Divali…

Holy es la festividad primaveral de polvos de colores, Divali es el ‘Festival de las luces’ por el que dan la bienvenida al año nuevo hindú, suele ser entre mediados de octubre a mediados de noviembre, la fecha varía porque depende de las lunas.

Horno tradicional hindú. Foto por Carmen Blanco

Hay una estatua de Ganesha y un cuadro con Krisha…

Sí, pero nosotros (los sijs), tenemos otros santos. Tenemos un templo sagrado, el Templo de oro que cada día da de comer a 100.000 personas, solo vegetal claro.

El Templo de oro de Punyab

Laddi tenía 26 cuando partió de India, dejó allí a su joven mujer y se fue a ganarse la vida en Dubái.

Me preparaba para ser militar como mi padre, había hecho la teoría y la práctica, solo necesitaba la carta de recomendación de mi padre, pero él estaba en Sri Lanka herido en un hospital, había ido a la zona por un conflicto, no me pudo enviar el documento y después de 4 meses me fui a Dubái como electricista en los rascacielos.

Normalmente los obreros que trabajan Emiratos Árabes duermen en unas ciudades aparte para que no se vea la mano de obra y suelen estar en malas condiciones.

Bueno si te toca una empresa buena duermes en un sitio bueno, te dan comida, ropa, si te toca una mala, mal, duermes en un sito así de madera…

Y a usted ¿cuál le toco?

Una mala…Laddi cuenta la historia entre risas, los tres primeros meses no me pagaron, tampoco me daban comida, si no iba a trabajar un día al día siguiente tampoco cobrara. Hay mucho rollo allí.

¿Cómo fue que llegó hasta España?

Vine en avión, mi hermano sí que lo tuvo difícil, primero pasó por Turquía, entre las montañas… Yo no tenía pensado venir aquí, durante unas vacaciones en India, después de 4 años en Dubái unos amigos me hablaron de esto y probé.

Hermano de Laddi en la cocina. Foto por Carmen Blanco

Fue un poco difícil, primero en Lloret de Mar con unos familiares de mi mujer y después fui hasta la Manga del Mar menor porque el hijo de una vecina de mi madre tenía allí un restaurante. No me cogió el teléfono a pesar que lo llamé durante 4 días, pero me personé en el restaurante, allí conocí a un camarero bueno y poco a poco me fui ganando la vida.

Me costó mucho aprender español trabajé como camarero dos meses. Un día el dueño del restaurante me dijo que era un “machote” y en mi idioma se parece a una palabra muy fea, hasta que no llegó una compañera y me dijo que era positivo…que cabreo. Por eso siempre ayudo a los hindús que viene aquí, no quiero que lo pasen mal, mis hijos a veces me dicen ‘pero papá’, llevo así toda la vida, tengo 48 años ya no voy a cambiar.  

Cuando se estableció en Alicante trajo a su familia a España ahorraron durante 8 años. Entonces Manolo, un amigo chino de la familia le habló de Almería y vinieron a esta tierra. Laddi da fe de lo español que es el asiático que lleva 20 años en esta tierra y está casado con una española, así que su nombre chino es casi anecdótico. Los hindúes se establecieron primero en Albox, porque hay una comunidad grande de ingleses, pero después de un tiempo no fue como esperaban, buscaron un local y desde entonces se establecen en Roquetas.

Charanjit y Gurpreet Kaur. Foto por Carmen Blanco

¿Laddi que le gusta de vivir en Roquetas?

Todo es bueno, el clima, tengo muy buenos amigos más que en India, nadie se pelea por tonterías… me gustaría volver a India, llevo muchos años viviendo aquí y soy hindú, pero ya veo que va a ser imposible está aquí toda la familia. Mi hijo pequeño es el más moderno, va al instituto y hace cosas como todos los españoles. Roy antes de trabajar en el restaurante me preguntó qué iba a ganar y es el primero en reclamar la nómina a principio de mes.

Además, me gustaría traer a mis padres de visita, que vean la vida de aquí, el mar.

¿Sus padres nunca han visto el mar?

Laddi vacila un momento y responde: mi madre creo que no

Laddi toma su smartphone y muestra fotos de su familia en la boda del hijo mayor, Amrit, que tuvo lugar el año pasado en Punyab. Aparecen vestidos con los elegantes trajes tradicionales, turbante en el cabeza ellos y ellas un velo. Las manos de la novia están

Durante la celebración de la boda de Amrit en el suelo junto a su esposa Naf. De pie en el centro los padres de Laddi, que se situá a la derecha de la foto y en el extremo izquierdo el hijo menor Ravneet. Foto cedida por Laddi

decoradas con henna. Cuenta el protagonista del relato que festejaron por días, todo el pueblo estaba invitado, fueron dos amigos españoles de la familia. “Los españoles por allí con su turbante bailando borrachos. Había dj, muchísima comida, se bebieron 39 botellas de wiski en 3 horas” y se parte de risa.

¿Quién pagó todo?

Yo, lo pagué yo

Con una cita de Mahatma Gandhi que ilustra a la perfección el crisol de religiones que conviven en India. Una sociedad colorista, de sabores cálidos e intensos, con más de 330 mil dioses, y casi 100 años de Raj Británico que han dado como resultado una sociedad flexible, de gentes amables y observadoras. Dejemos que las palabras del pacifista despidan la entrevista de hoy:

“Me considero a mí  mismo hinduistacristianomusulmánjudíobudista confuciano

Originem

Enseñar inglés a bebés, la polaca que hizo realidad…

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Luchó duramente por conseguir una de las 3 becas erasmus que la traerían a España, conoció al amor de su vida y se quedó en Roquetas de Mar, durante la crisis de 2008 levantó una academia de inglés innovadora en el pueblo. En el trayecto de hacerse adulta perdió a sus padres de cáncer. Hoy hablamos con Natalia Bartkowiak, la polaca que creyó que los bebés roqueteros podían aprender inglés.

Natalia Bartkowiak vestida de mamá Noel juega con un grupo de alumnas. Foto por Carmen Blanco

De su tierra natal recuerda una primera “infancia chocante” dicho en sus palabras, llena de contrastes entre las condiciones de vida impuestas por el comunismo y el libre mercado a solo una frontera con Alemania, que por supuesto no podían cruzar. Al finalizar la Segunda Guerra mundial Polonia se convirtió en un punto estratégico para la URSS al este de Europa. El Ejército Rojo expulsó a las fuerzas alemanas y así se estableció el comunismo desde 1944 a 1989.

La infancia en el régimen comunista de la República Popular de Polonia

El mayor problema del comunismo era que igualaba a todos, mi madre era oculista y mi padre radiólogo. Todos los sueldos estaban igualados, bajos y a lo mínimo, era mejor conocer a la dependienta de una tienda que a un médico porque te podía conseguir un kilo más de carne al mes. Había tickets de racionamiento y tenías que esperar durante toda una noche o un día para poder comprar.

Recuerdo que era muy pequeña y me dieron un plátano, no lo quería comer porque me resultaba raro. Pero era algo tan preciado que me insistían en que lo probara, claro no se podía importar nada.

Límites de la antigua República Popular de Polonia

Durante la República Popular de Polonia no había nada, las estanterías de las tiendas estaban vacías. Un amigo de mis padres fue a trabajar a Alemania porque la diferencia era grande y en unos meses podías ganar como para comprarte un coche. Este hombre volvió y repartió entre los niños juguetes, eran usados, y me tocó una Barbie sin mano. Cosas así, yo no necesitaba estos juguetes, pero chocaba.

Nunca me faltó nada, porque realmente no necesitaba unos juguetes para vivir, pero se daban situaciones… mi padre entró conmigo a una tienda de ropa para niños y salió casi con lágrimas en los ojos porque no podía comprarme nada, tenía que conseguir tela, porque tampoco se podía comprar, entonces una abuela me cosía algo.

Por eso no me gusta el toque de queda, me recuerda a esos tiempos.

Caída del comunismo

Cuando abrieron las fronteras fuimos a París en tren, era niña sería 1991 o 1992, mis padres sentían estas ganas de viajar después de tanto encierro. Comimos en un McDonal’s porque todo el mundo decía que era americano, muy famoso, era el primero que visité. Vi cosas que me sorprendían como que la gente sacara dinero de pared, era tan nuevo para mí.

“Polonia evolucionó mucho con la democracia y ahora está otra vez mal políticamente. La ultra derecha católica ha prohibido el aborto bajo cualquier circunstancia”. La educadora se refiera a las políticas de PiS siglas por las que se conoce en polaco al partido Ley y Justicia.

Para mis padres era algo increíble que yo pudiera viajar, ellos con mi edad vivián bajo un régimen cerrado, mi generación fue la primera que apoyó viajar. Además, fue todo un baby boom éramos numerosos en las clases se hacía muy difícil conseguir las becas, pero siempre fui empollona, así me dieron una de las 3 becas erasmus que ofrecía la Universidad de Poznan donde estudié. Fue en el año 2005 y cuando buscaba información sobre Almería en internet solo aparecían cosas de deporte de los Juegos Mediterráneos.

La erasmus polaca por Almería

Cuando llegué a la UAL, había aprendido toda la teoría, la gramática, pero la forma de hablar de los almerienses costó un poco. Se daban situaciones cómicas porque no nos hacíamos con el acento. ‘El peecao frito’ decía un profesor y no nos enterábamos de nada, hasta que pillamos que quería decir: ‘pescado’. Es curioso porque durante los años universitarios conviví con 4 amigas polacas y de ellas 3 estamos casadas con españoles.

Era a finales de febrero, las tres estudiantes polacas por las calles de Almería y de repente vimos a un grupo de ancianas disfrazadas de bebés con pañales, chupetes, cantado algo por la calle. Qué bueno el carnaval, me encantó la cultura española y me encanta. La comida, las tapas, eso enamora.

Aunque al principio se me hacía raro darle dos besos a todo el mundo, vengo de una cultura donde los besos son para la familia y los amigos. Entonces ir por la calle con amigos y de repente que te presenten a alguien, así con dos besos. Una amiga polaca de erasmus ponía siempre la mano por delante, ella no sé quedó en España sería que no le gustaban los besos.

¿Cómo conoció a su marido?

¿qué cómo conocí a Edu? Pues de fiesta por las Cuatro Calles (se hacen las risas) y ya me quedé aquí con mi gran amor.

Eduardo Funcia es madrileño y trabajaba como aparejador durante el boom de la construcción en Almería. Lo primero que destaca a simple vista de esta pareja es que son excepcionalmente altos, los dos son bastante deportistas, emprendedores, innovadores y han formado una preciosa familia de tres niñas polaco-españolas; Sofía 11, Blanca 7 y Natalia 5 años.

Una crisis, una oportunidad

buscando material en el almacén. Foto por Carmen Blanco

La crisis del ladrillo empujó a la joven pareja a dar un paso adelante. Tenían algo de dinero ahorrado, una ayuda familiar y otra cantidad del Estado, además de mucho valor. Con estos ingredientes abrieron la primera academia de inglés con el método Helen Doron en Roquetas. Un método de enseñanza orgánico a partir de los 3 meses de edad.

¿Cómo fueron los comienzos allá por 2010?

Estaba casi convencida de que iba a salir, pero todo el mundo me decía que no, el inconveniente del dinero, los niños tan pequeños… Durante estos años perdí a mis padres de cáncer, ellos vivían en Polonia. Fueron mis niñas y mi marido quienes me motivaron a seguir adelante.

Al principio era gracioso porque la gente no comprendía que diéramos clase a niños tan pequeños. Había quien entraba para decirnos que el cartel estaba equivocado porque se leía: ‘inglés a partir de 3 meses’. Hice un estudio de mercado y vi que no había academias para bebés, conocía este método de Polonia y sabía que funcionaba.

Nos fue muy bien desde el principio se matricularon como 100-120 alumnos y pudimos cubrir gastos rápidamente.

Desde clase, como en casa. Foto por Carmen Blanco

A este trabajo le agradezco los amigos que tengo ahora. Los padres de mi primer grupo de bebés son mis amigos a día de hoy, sus hijos continúan aquí después de 10 años… Desde 2010 estamos en la misma calle, nos hemos cambiado de local a uno más grande. Este nuevo también se ha llenado, pero no puedo más y ¿para qué más?

¿Cómo se comunica con los bebés?

A través de un lenguaje de signos bastante intuitivo, los bebés quieren comunicarse, pero sus cuerdas vocales no están preparadas, si le damos herramientas ellos las utilizan. Por ejemplo, les enseñamos que el gesto ‘más’ se hace juntando las dos manos, en la práctica hacemos pompas de jabón y preguntamos: ¿more? (más), ellos juntan sus manos y hacen el gesto ‘more, more’. Es flipante, los padres se quedan alucinados. Para muchos es su rato para estar con su bebé, a causa del trabajo y la vida que llevamos no siempre podemos dedicar el tiempo que deseamos a nuestro hijo, pues aquí vienen y se tiran al suelo con sus bebés, es muy divertido.

¿Había plan B?

Las burbujas uno de los momentos preferidos de los alumnos. Foto por Carmen Blanco

El plan b era ir a Polonia, Edu abrir un restaurante de paellas y yo dar clases de español.

Conciliación familiar y trabajo

¿Cómo conciliaba trabajo y maternidad?

Mis dos hijas mayores estaban conmigo en el negocio, una al pecho y la más grande de 3 años jugando alrededor. Se me daba el caso que venía un padre y de repente tenía que ayudar a ir al baño a un niño pequeño, pues dejaba al cliente con mi hija en brazos un momento y me iba, la gente se quedaba sorprendida. Se me iba por completo y después pensaba: este padre querrá irse a su casa. Ahora somos 7 personas conmigo en la academia. Tengo una niñera que es estupenda.

Lo más duro era cuando hacía la formación de Helen Doron y me tenía que separar de mi bebé que no tenía ni un año.

Covid y empresa

¿Ha afectado el coronavirus al negocio?

Se ha notada ha bajado el número de alumnos, habrá bajado como un 10%, hay quien tiene miedo y quien le ha afectado porque ha perdido su trabajo, pero estamos bien. La cosa está fatal para la hostelería, por ejemplo, miro los bares de mis vecinos y a veces abren por abrir. 

Volver a casa por Navidad

Ahora que se acercan unas fechas familiares ¿cómo celebran la Navidad?

La familia que me queda en mi país es una tía materna y mi hermano. Nunca hemos celebrado la Navidad aquí a cambio de pasar todo el año en España es lo que le pido a mi marido. Encuentro bastante cambio en la forma de celebrar las fiestas, en Polonia hay comida típica y sabores propios de esta época. Con suerte a veces también cae la nieve y es precioso. Toda la familia está encantada por ir, las niñas lo asocian con la época de vacaciones, tienen sus amigas y Edu también. Él es muy deportista, nada por los lagos de alrededor en verano así ha conocido gente.

¿Qué le gusta más de vivir en Roquetas?

Me gusta que puedo disfrutar de salir a pasear con mis hijas, ir a la sierra en menos de media hora, todas estas horas de luz maravillosa. Estoy tan contenta de estar aquí y no pido nada más, solo salud, porque tengo ahí detrás la enfermedad de mis padres

Originem

La historia del restaurante Cantón fundado por unos refugiados…

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Los Phan Nguyen comenzaron su viaje en Vietnam en el año 1978. Huídos de la guerra, atacados por los piratas, supervivientes de un campo de refugiados, jamás se rendieron. “Trabajar, trabajar y guardar”, dice Khanh el cabeza de familia, así fundaron el restaurante Cantón en 1986 en la Urbanización de Roquetas de Mar en aquella época un pueblo de apenas 22.000 habitantes.

El reconocido restaurante asiático encumbra el top de la restauración, según TripAdvisor. Ofrecen platos tradicionales y la innovación más vanguardista a través de la fusión entre el lejano oriente y el mediterráneo.

Corrían tiempos difíciles, cuenta la hermana mayor, Van, “hubo un problema económico entre China y Vietnam en la zona fronteriza y mi padre como tiene sangre china se le hacía la vida imposible. Durante aquellos años salieron muchas personas de Vietnam”.

La hermana mayor, Van, quien siempre recibe a los clientes con una sonrisa

La masiva migración a la que se refiere la repostera del Cantón se conoce como Boat People, desde los años 70 hasta principios de los 90 abandonaron Vietnam 2.000.000 millones de personas a bordo de barcos sin tripulación que entre todos los viajeros compraban.

Los Phan Nguyen partieron desde vietnam con destino a la bahía de Hong Kong a bordo sus dos hijos pequeños, Van 9 y Quan 6 años, Long nació en España tiempo después.

Desde que salieron de Vietnam hasta llegar a España transcurrieron unos dos años.

“Nos atacaron unos piratas saliendo de Vietnam, luego el barco se encalló en un banco de arena, pasamos tres meses en una provincia de China. Era una población de campesinos y nos ayudaron mucho, nos traían comida y de todo”, comenta la hermana mayor. La madre, Lien, se lleva las manos a la boca y recuerda que llevaban mucho arroz como alimento durante la travesía y aunque se mojó de agua salada lo comieron.

La distancia de Hai Phong a Hong Kong es de 790 km, la travesía se alargó durante 4 meses debido a las inclemencias del viaje.

Lien enluce su memoria y desempolva la llegada al campo de refugiados de la Cruz Roja. A sus 71 años aquellos recuerdos vívidos que para algunos arañarían las entrañas son para ella un mal trago que cuenta con una sonrisa, aunque cierto tono de angustia.

“Regalamos el barco y vendimos todo lo que llevábamos, ropa, calzado, porque en China también necesitaban muchas cosas. En Hong Kong estuvimos en un campo de refugiados, era como la cárcel ”.  Su hija Van añade: “a los campos de refugiados llegaban delegaciones de diferentes países Alemania, EEUU, España, etc. Cada país acordó acoger un número de familias. España acordó 30 familias y nosotros estuvimos residiendo en un hotel de la Línea de la Concepción”.

La madre, Lien, desde la cocina preparando un pollo campero

El Quijote fue el puente entre culturas, la madre, Lien, lo había leído y un cura que había por el campo de refugiados predicaba las bondades de este país. Además, la matriarca dice que los españoles somos buena gente y cariñosos. También, dominaban el alfabeto latino, porque Vietnam fue durante muchos años colonia francesa, así que nuestra lengua les resultaba familiar.

A su llegada a España dos hermanos franceses los acogieron con la intención de montar un restaurante de comida asiática, pero el proyecto no salió adelante, por lo que se tuvieron que buscar la vida. El padre trabajó como albañil dos días y se puso enfermo, toda la familia ríe al recordar la anécdota, en vista de que la construcción no era lo suyo Khanh, comenzó a trabajar como jardinero. La madre era friegaplatos en un restaurante mejicano en Puerto Banús, ganaba 15.000 pesetas al mes, todavía recuerda la cifra exacta.

El padre es un valiente, una inspiración para los demás, tiene 79 años y ha hecho casi de todo para que sus hijos vivieran bien, hacía pesca submarina “para comer” y compraba tela en el mercadillo para confeccionar la ropa de los críos. Es un hombre sereno, habla poco, en tono bajo, pero destila sabiduría y liderazgo, de quien no se queda sentado mano sobre mano viéndolas venir. Su pelo cano largo va recogido en una cola perfectamente cortada, lo que le aporta cierto aspecto de guerrero ancestral.

El padre, Khanh, fundador y jefe, aunque ya disfruta de su jubilación.

¿A qué se dedicaban en Vietnam?

 Kanh: “Cuando era joven en Vietnam era camionero, pero cuando vinieron los americanos atacaban a los comunistas del norte del país y dos veces me atacaron, una de ellas mi camión salió ardiendo, pero tuve suerte no acabé muerto, solo herido. Cuando terminó la guerra había problemas entre China y Vietnam y tengo un 25% de sangre china.”

Lien trabajaba en una fábrica de caramelos, todos ríen y ella la primera porque le va como anillo al dedo. Su nieta, Cloé, está presente y la tratan con mimo, hablan con ella en español y a la pequeña le gusta la cocina, aunque el delantal le quede algo grande todavía.

¿Cuál es el secreto para ser tan bien valorados por los clientes?

“Lo importante es la constancia y adaptarse al tiempo en este caso la gastronomía internacional”, dice el chef, Quan, el hermano mediano. “Fusiono muchos platos, busco materia prima de la provincia, pero también mantengo la comida tradicional de mis padres. Ha habido cambios en la carta, buscamos comida muy representativa que creemos que los clientes y amigos tienen que probar, además de platos exóticos como el carpaccio de cocodrilo. El pescado lo trabajo al estilo japonés, también trabajamos con cúrcuma, albahaca tailandesa de cultivo propio, especias ecológicas y productos cantoneses que mezclo en la cocina” concluye el chef.

El chef, Quan, desde la cocina junto a la jefa

Incluso en la arquitectura del local puede apreciarse el encuentro entre las culturas. Explica la repostera, Van, “es la fusión queríamos que fuera muy mediterráneo y tuviera un toque oriental, porque es lo que nos representa. Así somos nosotros en realidad; mediterráneos y asiático”. El Chef continúa: “siempre tomas cosas del país que te ha acogido”

¿Cómo empezó todo?

Khanh toma la palabra, a pesar de estar jubilado mantiene la tradición en la familia, es responsable de traer los platos estrella de Vietnam y China a un pequeño pueblo de la costa almeriense.

Trajimos la especialidad de cada país y no solo es importante cocinar, sino elegir tú los ingredientes”. La familia cuenta con huerto propio donde cultivan vegetales y hierbas aromáticas propias de Asia.

La segunda de abordo en la cocina es Lien, la madre de la familia Phan Nguyen, a ella lo que le gusta es cocinar para sus clientes como cocina para casa, “comida buena”, puede que esta sea una de las claves del éxito del restaurante, además del buen trato o la innovación.

¿Cómo aceptaron los roqueteros la comida asiática?

Al principio miraban la comida como algo raro, pero cuando la probaban se ponían muy contentos. El boca a boca de la gente lo hizo todo”, dice Lien. El chef toma la palabra: “cuando mis padres abrieron el restaurante lo enfocaron para trabajar con extranjeros, porque había mucho turismo en el 86, ingleses, alemanes… Veníamos de Málaga con el pensamiento de trabajar con ese público, al principio costó un poco de trabajo, pero poco a poco se ha hecho un hueco”.

La hermana mayor se ríe y añade: “al final nos hemos dedicado a la clientela local.”

¿Cómo fue montar un negocio en España?

Khanh toma la palabra es un hombre positivo, sonriente y con su justo español introduce la historia: “al principio cuando llegué a España faltaba lo económico”, toda la familia se ríe cuando escucha sus palabras, “trabajar, trabajar y guardar”, concluye.

Eran pequeños cuando llegaron a Roquetas ¿Qué recuerdan?

Van tenía 15 años, Quan 12 y Long nacería unos años después. Quan sale al paso: “hubo un poco de bulling, pero yo zurraba también”, todos se ríen por la broma y continúa “nos adaptamos rápidamente, puesto que veníamos de vivir en Marbella, teníamos el idioma controlado, fue más fácil hacerse a Roquetas.”

Van: “nosotros vinimos a España muy pequeñitos y vivimos 6 años en San Pedro de Alcántara, justo empecé el instituto cuando llegué a Roquetas. Me fue muy bien porque en aquellos tiempos apenas había emigración, lo típico; “la china, la china”, pero tampoco era una cosa…”

Long es el hermano menor, nacido en Almería es la bisagra entre la cocina y el restaurante. “En el cole “no me consideraba la mascota” pero como era el único chico asiático me tenían mucho aprecio, me cuidaban mucho. Algún roce, pero luego un abrazo y todo olvidado.”

El hermano menor, Long, entre los fogones y los clientes

¿Qué les gusta más de vivir en España?

Van contesta: “¿nosotros?, si es que ya no recordamos la vida al otro lado. Yo me considero roquetera y es más cuando hablo, es que soy roquera.”

Cuando preguntamos a los progenitores si regresarían lo tienen claro, ellos prefieren vivir aquí porque es donde está su familia. Mientras habla interviene Khanh dice: “democracia, democracia, libertad”, cierra los puños y los agita, mientras pronuncia la frase, las dos primeras palabras las pronuncia con ímpetu y la tercera bajito como en un susurro, como si se le acabara la cuerda de la voz. 

Long bromea con su padre, lo mira y dice: “también por el jamón serrano que está muy bueno” y la familia estalla en risas.

¿Han regresado a su país de origen?

Después de 16 años se reencontraron con sus raíces, “nosotros éramos exiliados políticos, no podíamos regresar a Vietnam porque como salimos huyendo, hasta el año que nos nacionalizamos no pudimos volver, explica Van. En la actualidad la madre, Lien, regresa cada dos años para visitar a su hermana, la única miembro de su familia que vive aún. 

¿Mantienen contacto con las otras familias vietnamitas residentes en España?

Sí, ahora sí. Cada año en la embajada de Vietnam se celebra el año nuevo vietnamita, Tet, que suele ser a finales de enero, principios de febrero. Entonces invitan a todos los vietnamitas residentes aquí, así se han reencontrado con muchos y conocido gente nueva. Hay muchos estudiantes que asisten a la celebración, incluso la nieta, Cloé, festejó la apertura de 2020.

Sin la ayuda de quienes le rodean esta historia con final feliz no hubiera sido posible

“Por el camino hemos encontrado mucha gente bondadosa, tenemos contacto con ellos. Si la gente que te rodea tiene buena voluntad avanzas mucho más rápido y por supuesto, agradecer a todos los trabajadores que han formado y forman parte del equipo. En San Pedro vivíamos en una casa que nos dejó un hombre y mantenemos relación con él”, dice Van. “Cuando viene al restaurante se alegra un montón. Durante el confinamiento veía los vídeos que colgaba cocinando y él me animaba a abrir un canal. Se alegra de corazón y ha conocido como estaban mis padres y lo que ahora tenemos gracias a su esfuerzo”, concluye Quan.

África

El carpintero senegalés parte de la historia viva de…

El carpintero senegalés de Roquetas de Mar
Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Tradición, perfeccionismo, esfuerzo y un espíritu inconformista. Sería la breve descripción de la familia Sarr, el carpintero senegalés que hace 28 años se instaló en Roquetas de Mar.

Ibrahima Sarr llegó a Roquetas municipio a principios de los 90 cuando apenas había inmigración por aquí, eran sus vacaciones durante la campaña agrícola en la que se ganaba la vida en Mataró, cuando el destino quiso que echara raíces en esta parte del levante español.

Durante aquella primera toma de contacto se quedó en la casa de unos amigos. La vivienda era pequeña, dos habitaciones para cuatro hombres y ni siquiera tenía mesa. Uno de los inquilinos desafió a Sarr, había una carpintería cerca y allí se plantó con la clara intención de hacer una mesa.

Era el taller de Eloy, este reconocido personaje roquetero le dijo que podía hacer la mesa, pero que no utilizara las máquinas. Cuando Eloy regresó de la tienda después de una mañana de trabajo Sarr había hecho su mesa, así que lo animó a volver al día siguiente.

Sarr acudió a la llamada de Eloy, sin saber lo que iba a hacer, lo que iba a ganar o si realmente la propuesta era seria. Durante aquella prueba el carpintero africano se quedó al cargo de montar una cocina con el hijo de Eloy, el padre había tenido que volver a por la encimera. Tenían el plano de la cocina, los muebles y las herramientas, estaban en San Agustín montando y la tienda de cocinas estaba en Roquetas, no transcurrió mucho tiempo, pero cuando regresó Eloy la cocina estaba montada. El dueño de la casa, agradecido, dio una propina al senegalés que todavía recuerda a día de hoy, 5000 pesetas (30 euros). Así es como Sarr empezó a ser roquetero.

Desde el despacho de su taller al cargo de tres muchachos y con el nuevo proyecto de abrir una tienda de muebles en el Cortijo de Marín, rememora sus andanzas con el orgullo y seguridad que aporta haber obrado bien en esta vida. Una pequeña pregunta basta para que desate el relato, son 32 años de recuerdos vívidos que ahora tienen la oportunidad de volver a la luz.

Detalle de una mesa de trabajo

“A Paco Amat, el hermano del alcalde le estoy muy agradecido fue muy bueno conmigo y me daba muy buenas ideas”, dice el carpintero. Empezó a trabajar con él montando cocinas en una obra en Buena Vista. “Tienes que montar tu propia carpintería, porque tú eres muy bueno y muy inteligente”, decía Amat, a lo que Sarr contestaba: “es difícil y cuesta mucho dinero”. Amat entonces puso a su padre como ejemplo de vida: “mi padre venía con un burro y un carro desde la Rábita a vender vino a Roquetas, son muchos kilómetros, ¿crees que hay algo fácil en la vida?”.

Comenzó la amistad y el mecenazgo. El primer trabajo que Sarr hizo para Amat le reportó la mitad del dinero que necesitaba para comprar una máquina para cortar, Amat le dio la mitad que faltaba y le dijo a Sarr que se lo devolviera poco a poco. Es emocionante escuchar el relato del africano que despide el recuerdo deseando la paz para su amigo difunto.  

El taller de estos artesanos, está próximo a los institutos del pueblo y desde allí trabajan 3 hombres y el “jefe que no cuenta”, bromea Lamine Sarr, el relevo generacional. Dentro de la nave todos son familia, hablan en español entre ellos, excepto cuando la cosa se pone seria entonces recurren a sus raíces y el wolouf hace su entrada. Pero ¿Qué los diferencia?, ¿cómo han conseguido emprender un negocio en un país extranjero?

Lamine Sarr corta madera en el taller

Cualquier cosa que haga lo hago como si fuera para mí, mi padre desde pequeño me decía: ‘si lo vas a hacer hazlo bien, si no, no lo hagas’, la mejor publicidad aquí es el boca a boca. Mi padre es muy exigente y perfeccionista. Ahora me han encargado del hotel H0 de Puerta Purchena 18 zapateros, y esos van perfectos hechos, llevan embellecedores para que las ruedas no se vean, un muelle para cuando abras y cierres la tapa no golpee”.

“Todo el mundo me conoce como el inmortal porque no duermo”, dice el roquetero senegalés desde el despacho de la carpintería a la vez que se frota los ojos en un inconfundible gesto de cansancio. Hace un par de años que dejó la noche y desde entonces está centrado en el negocio familiar. Sus zapateros auténticas réplicas de cajas de zapatillas, sneakersbox, empiezan a hacerse su propio hueco en el mercado y los encargos requieren de un esfuerzo mayor.

¿Cómo se le ocurrió hacer estas cajas para las zapatillas?

Los vi en Barcelona y pensé que aquí no los tendría nadie entonces empecé a hacerlos. Al principio vendía pocos y le echaba cara, cuando trabajaba en la noche le decía a la gente “cómprame un zapatero que estoy esmallao”, pero luego ya no colaba.

sneakerbox de Lamine Sarr

Las cajas están hechas de DM y cubiertas con un vinilo que preparan en la propia carpintería, tienen todo tipo de maquinaria para realizar los trabajos más elaborados, desde patas isabelinas a molduras. El padre, Ibrahima Sarr, es de los pocos ebanistas que hay en Almería. Próximamente abrirán una tienda con exposición permanente de muebles camino cerca del Covirán que hay en la Rocalla. La finalidad de esta tienda es facilitar a los clientes la experiencia “que lleguen vean el mueble y lo puedan comprar, que no lo tengan que encargar”, dice Lamine.

¿Cuál es su sueño Lamine?

Montar una tienda de muebles como Ikea a lo grande, pero de calidad, aunque no es nada fácil.

África

«Te fío hasta que te paguen el ERTE»

Makelele, el mantero que con humor ha conquistado a los roqueteros
Makelele, el vendedor ambulante que con humor ha llegado a los roqueteros. Fotografía: Carmen Blanco Ureña
Share on whatsapp
Share on facebook
Share on twitter

Makele es el sobrenombre por el que los roqueteros conocen al vendedor ambulante que va por el pueblo cargado con una mochila enorme y una bolsa de compra en una de sus manos. Su itinerario está marcado; por las mañanas suele recorrer las terrazas de los bares de desayuno, restaurantes y chiringuitos. Tiene un truco infalible, solo vende a quien conoce y solo se acerca si lo llaman.

 “Makelele me lo han puesto aquí, yo me llamo Mamadou Diouf de Senegal”, dice el vendedor.

 La extendida costumbre de renombrar a los extranjeros, dada la incapacidad de muchos para nuevos idiomas, hizo que lo conociéramos por el nombre del exfutbolista congoleño. Hoy en día forma parte del pueblo como ese senegalés con despigmentación en los manos y en la boca que recorre el litoral desde Las Salinas hasta La Urbanización vendiendo género en horario intensivo de 12 y 13 horas. 

 “Makelele si no tengo nada”, apela una señora que está tomando el sol en la arena, “no te preocupes, yo te fío hasta que te paguen el ERTE”, responde el africano y todos rompen a reír. 

Sabe cómo hacerse con el público, que el humor es una puerta de entrada, es escurridizo, no le gusta demasiado hablar de sí mismo, educado, correcto, positivo y amable. Detesta perder el tiempo y prefiere seguir en su faena. Si la venta se pone mala recoge hortalizas en los invernaderos, lo que sea por cumplir su meta: montar una tienda pequeña de alimentación en su país de origen. “Ya lo he intentado otras veces, pero no funciona allí”, “¿y por qué no te mudas a otro pueblo que sea más grande donde puedas montar un negocio?”, la pregunta le contraría, puedo verlo en el gesto de su cara, se toca el mentón y responde cortés: “no sé, lo pensaré”.

 Llegó a nuestro municipio hace 15 años, recuerda que fue en agosto, después de cruzar en cayuco hasta Tenerife, posterior traslado a Alicante y destino final la tierra donde ahora reside.

 “Lo que decían mis colegas no era verdad, decían: “en España cobras mucho dinero al día cogiendo fruta”. Cuando llegué el primer problema que encontré es que era muy difícil conseguir los papeles, tuve que estar 3 años esperando consiguiendo pruebas, muy duro, muy duro, pero ya ha pasado.”

 ¿Cómo llegó hasta aquí?

En cayuco, patera, (choca el envés de la mano contra la palma de la otra, ríe y continúa) como todos los que han venido aquí, la mayoría. Tenía una tienda con mi hermano y le dije que iba a comprar, reponer y así me fui. Cogí la patera desde Senegal en 2006, pasamos 6 días hasta llegar a Canarias, sin parar una patera con dos motores, muy difícil. Comíamos cous-cous, las poquitas cosas que llevábamos, una cosa muy dura. Llegamos a Tenerife, desde allí hasta Alicante, estuvimos en un Centro de Acogida, Cruz Roja, La Policía y todo eso.

 ¿Y desde Alicante a Roquetas?

Cruz Roja llamó a un amigo, alguien que yo conocía en Roquetas antes de soltarme, si no conoces a alguien no te dejan ir solo.

 ¿Le gustó Roquetas porque encontró una comunidad grande de africanos?

“Sí estaba bien, trabajaba en el campo, en los invernaderos y aquí estoy agustico”, precede una risotada, porque es cómico su acento junto a las derivaciones de las palabras almerienses, él lo sabe y emplea muchas expresiones de la zona.

 Llevo muchos años aquí y vendo por la playa, conozco mucha gente, aunque pienso volver a Senegal, pero aquello es muy difícil. Allí viven mi mujer y mis tres hijos.

 ¿Le gustaría traer su familia?

Bueno… (suelta una risa nerviosa) y continúa, me gustaría más volver, pero es muy difícil. Porque he intentado varias veces abrir una tienda, pero no va, no funciona, entonces tengo que volver aquí e intentar de nuevo, pensar nuevas cosas.

 Su hijo mayor tiene 8 años, le sigue una niña de 4 y un tercero de año y medio. “A Senegal voy mucho volví 2 días antes del confinamiento. Si mi mujer y mis hijos vienen aquí, se adaptan y después no quieren volver, yo pienso en volver, me gusta muchos España, pero siempre mi país de origen… Lo que pasa es que no hay posibilidades de vivir allí todavía. Yo quiero ser senegalés siempre”.

Es musulmán y suele ir a rezar a la mezquita de las 200 viviendas, respecto al racismo y la discriminación dice que siempre hay, pero “la mayoría de la gente de Roquetas son buenos, no son racistas, te lo digo yo. Si veo que el tipo es racista no paro, paso de largo, yo solo con mi gente. Conozco mucho; paro, si no conozco, no.”

 ¿Ha viajado a otros países?

Solo he salido a Lisboa. Cuando estuve en Portugal vi que eran muy diferentes a los españoles. En España la mayoría no son gente muy cerrada y eso me gusta. La forma de ser de los españoles es muy parecida a la de los senegaleses.

 Diouf es profundamente sensato como destilan estas palabras que hablan sobre su trabajo.

“La venta ambulante está prohibida, y si me pilla la policía me quita la mercancía y a veces me multan, pero es lo que hay a aguantar”, Diouf se lleva la mano a la cabeza, suelta una carcajada franca y se reclina en el sofá, así como quien asume su sino sin más dramas. “Si no hay muchos vendiendo, pues pasan un poco, pero ahora en verano hay muchos vendedores entonces quitan mucha mercancía y es normal. Las tiendas se quejan, yo lo veo lógico”.